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Voto de ELCINEFILO:
1
Drama Oskar Schindler (Liam Neeson), un empresario alemán de gran talento para las relaciones públicas, busca ganarse la simpatía de los nazis de cara a su beneficio personal. Después de la invasión de Polonia por los alemanes en 1939, Schindler consigue, gracias a sus relaciones con los altos jerarcas nazis, la propiedad de una fábrica de Cracovia. Allí emplea a cientos de operarios judíos, cuya explotación le hace prosperar rápidamente, ... [+]
5 de abril de 2023
7 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
La lista de Schlinder es un fracaso. No solo a nivel cinematográfico, sino a nivel moral. En mi vida me había sentido tan defraudado por una película. Porque sí, yo en general critico y fulmino filmes malos apreciados por el público, pero con La lista de Schlinder es distinto. Eso se debe a que Roger Ebert, el mejor crítico de cine del mundo, dijo que La lista de Schlinder era una excelente película. En conclusión, criticar la Lista de Schlinder se vuelve un acto de rebeldía y sublevación, pero estoy dispuesto a correr ese riesgo y poner en peligro mi vida y reputación por defender el arte, el motivo de mi existencia.

A nivel moral, La lista de Schlinder es un fracaso principalmente por dos puntos. El primero, por su nacionalidad, el segundo, por sus intenciones.
En cuanto a la nacionalidad (estadounidense, como no) La lista de Schlinder es un escándalo por los siguientes motivos: para empezar, porque un judío americano (como Spielberg) poco tiene que quejarse del holocausto. Mientras que los judío de Polonia, Alemania, Francia, la URSS y muchos otros países eran exterminados, los judíos estadounidenses no movían ni un dedo por sus hermanos (de hecho, mucho más percentaje de la población católica y protestante estadounidense se alistó al frente que la judía). Además, Estados Unidos estaba (y está) plagado de nazis. Henry Ford y Charles Lindberg, por ejemplo, declararon su apoyo a Hitler, y actualmente neonazis como George Bush o Donald Trump salen elegidos democráticamente en las elecciones. Para rematarlo, tras finalizar la segunda guerra mundial el único castigo que se impuso a Alemania (aparte de reparar los daños económicos causados) fue dividirla en dos, y desde el primer instante los americanos querían abolir esa pena (de hecho al final lo consiguieron, y casualmente el sector de Alemania Occidental tiene muchos más neonazis que el de Alemania Oriental). Por si no fuera suficiente, todos los nazis que fueron ajusticiados por la justicia nortemericana no cumplieron su condena y fueron puestos en libertad por órden del Estado (obviamente con los que fueron ajusticiados en la URSS eso no ocurrió).
Dicho esto sobre la nacionalidad, toca hablar de las intenciones. El objetivo de La lista de Schlinder es que la gente piense que los judío son un especie de víctima histórica, pero no es así. Por más que fueron oprimidos por los nazis, ellos hacen lo mismo con los palestinos (imágenes de torturas a musulmanes en Israel son escalofriantes) pero de eso no se habla, puesto que cuentan con el apoyo (como no) de Estados Unidos (también es cierto que los musulmanes perpetran atentados yhadistas en sus sinagogas, una cosa no justifica la otra).

A nivel cinematográfico, que es lo que realmente importa, La lista de Schlinder es una mezcla de sensacionalismo, sentimentalismo, un blanco y negro perturbado por un abrigo rojo (idea copiada al gran Serguéi M. Eisenstein en la obra maestra El acorazado Potemkin), más de una hora de metraje deshechable que debería haber sido eliminada en el montaje final y una historia que pretende ser lacrimógena pero que a mi me parece soporífera y poco enriquecedora. Al menos tenemos algunas buenas interpretaciones y algunas escenas bien construidas, admito que la nota que merece es más un 3 o un 4 pero que le pongo un 1 de la indignación que me produce lo sobrevalorada que está.

Gracias
ELCINEFILO
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