Pelmazo, pelmazo insoportable, y encima largo. Muchos dirán que no se puede esperar más de esta película, y quizá sea cierto, la cuestión es que no solo los chistes tienen la misma gracia que un cáncer de páncreas sino que además el metraje se me hizo eterno y el suplicio se alarga y alarga incomprensiblemente. Recuerdo estar en la sala de cine con mis amigos y que tanto nosotros como las demás personas no parábamos de decir: "Joder, esto no se acaba".

Es previsible, demasiado, y muy típica: dos personas se conocen de manera fortuita y se casan en Las Vegas tras una noche borrachera, él no para de "chinchar" y ella no le soporta, pero todos sabemos que finalmente terminarán juntos o al menos teniendo una cordial relación. No merece la pena, ni siquiera es entretenida, porque aparte de hacerse larga es bastante aburrida. Tanto Cameron Diaz como Ashton Kutcher me suelen gustar, no es que sean los mejores actores del mundo pero suelen gustarme, sin embargo aquí no pueden salvarse de la quema debido a un guión plano y a unas situaciones ridículas. Hay comedias románticas mil veces mejores para pasar una tarde de domingo que este bodrio.