Difícil saber qué es lo que atrae: Puede ser por tratarse de la novela insigne del eterno Alberto Moravia, escritor prolífico que sabía decantar en pocas pinceladas lo esencial del alma de sus personajes y hacer que el lector los viviera con toda la gana.

Puede ser por el montaje de Zampa, impecable, tanto en lo que propone Moravia como en sus dosis de director. O puede ser el retrato de un momento trascendental en la vida de Italia, cuando el idealismo es derrotado por la fuerza bruta. La romana, en este caso, no sería solo la citadina, sino toda Italia, que terminó hechizada por la fuerza del bárbaro.