Es realmente lo que te esperas, ni menos ni más, una superproducción millonaria destinada a hacer la mayor caja posible a costa de todo, ya se sabe como se las gasta nuestro amigo Michael Bay, un especialista como pocos en manejar presupuestos estratosféricos y llenar las arcas de hollywood, cosa que no tiene porque ser dramática pues aun así aporta un entretenimiento al gran público y unas pequeñas vacaciones para nuestros cerebros saturados de estrés y malos pensamientos, aun así todavía me entran arcadas al recordar su empalagosa “Pearl Harbor”.
Por hablar un poco de la película hay que decir que los efectos especiales son el alma de esta producción (obviamente) y que sus creadores deberían ser valorados como unos grandes artistas que no tienen culpa esos diálogos prefabricados, tópicos y tremendamente descerebrados por decir algo suave, ellos simplemente hacen su trabajo. El caso es que ves la película y no te aburres aun sabiendo que subestiman un poquito tu inteligencia, y eso hay que valorarlo pues no es poco.
Si eres de la generación que veía la serie quizás se te encoja el corazón al ver a estos robots que te daban ese entretenimiento tan gratificante y quizás te podrás sentir un niño por unos instantes otra vez, los niños en cambio sin conocer la serie se lo pasarán pipa con esos robots tan alucinantes que se transforman en cosas y esos coloridos efectos especiales que estimulan su tierna cabecita y sus retinas, pero a mi generación que está entre medio creo que tendrá, una visión mas objetiva y se dará cuenta que es un simple entretenimiento descerebrado, que no te aporta nada más que un mero entretenimiento fugaz y caduco.