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España España · Madrid
Voto de Moody:
5
Acción Mikel está a punto de casarse con Julia, la dueña de una importante joyería. Durante la fiesta en la que anuncian su compromiso, conoce a Ari, una de las camareras del catering. La atracción que surge entre ambos llevará a Mikel a interesarse por las carreras ilegales de coches, que es el mundo en el que se mueve Ari. Su amor por la chica es tal que abandona a Julia, sin saber siquiera cuáles son los planes de Ari y su novio. (FILMAFFINITY) [+]
19 de julio de 2013
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A estas alturas, nadie ha dejado de comparar "Combustión" con la conocida saga "Fast & Furious" por aquello de la carreras ilegales de coches espectaculares, los robos de la banda protagonista y la acción que desprende la película. Pero en realidad, hay muchas diferencias.

La principal, y más clara, es la diferencia de presupuesto. Y esto se nota en las propias carreras, en la espectacularidad de sus movimientos, en los modelos de los vehículos... Factores que restan destellos pero que no afectan a un guión que no depende de las carreras. No es necesario mostrar las carreras con una cámara en la llanta, pero hubiera sido un punto a favor mostrarlas con algo más que otro coche desde la distancia. Pocos medios que demuestran la poca importancia que le da el guión a los coches.

Son solo una excusa para introducir el tema principal, un trío amoroso (que no sexual como se prometía en su rodaje) que cojea por todos los flancos porque sus protagonistas no son grandes actores. Un punto en el que coincide que la saga americana. González y Ammann son serpientes de verano con algún trabajo decente, actores que pueden ser ídolos de masas adolescentes, sobre todo el primero, pero que no soportan el peso de una película. Especialmente decepcionante Ammann, que continúa con su particular esfuerzo de empeorar su trabajo anterior. Ugarte, que atesora más calidad que ellos, parece perdida y se deja arrastrar.

Y a pesar de que su guión flaquea no en su construcción, sino en una resolución previsible y poco trabajada que nos deja con las ganas de una gran competición que cierre el círculo, la película engancha a su manera. No por su decepcionante villano de turno, que no mete ni miedo, parece de chiste, pero engancha quizás porque Calparsoro le da un toque especial, o porque en nuestro cine no abunda este género, pero lo cierto es que uno puede tener prejuicios al acordarse de "A todo gas", pero una vez superados, "Combustión" se disfruta, eso sí, a su manera.
Moody
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