Todo comienza con dos adolescentes que buscan a su padre biológico. Una situación complicada para una familia formada y cerrada que convive sin una referencia paternal. Un elemento extraño que podría cambiar sus vidas para siempre.

Poco a poco, el previsible drama que se había expuesto se va convirtiendo en una sencilla comedia de enredo que toma el camino más sencillo para transformar su naturaleza. Vemos cómo los personajes no se toman demasiado en serio (a veces con diálogos excesivamente calculados, rebuscados) a pesar de que dejen caer alguna lágrima que otra. Parece que son de cocodrilo.

Ese elemento externo entra en la vida de los protagonistas para romper su ecosistema, pero nunca se sabe que repercusión tendrá para ellos. La lástima es que como suele ser habitual en estos casos, los guionistas no son lo suficientemente valientes como para no dejarse llevar por el final clásico y facilón. No hay complicaciones para ellos.

Película ligera y sin demasiados compromisos, se hace complicado entender tantas nominaciones en la temporada de premios no por su planteamiento, sino por su definición.