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España España · Madrid
Voto de Moody:
4
Comedia Harry Deane (Colin Firth) es un restaurador de arte que elabora un sofisticado plan para estafar a Lionel Shabandar (Alan Rickman), el hombre más rico de Inglaterra y, además, un ávido coleccionista de obras de arte. Su objetivo es venderle un falso Monet. Como cebo utiliza a la sexy PJ (Cameron Diaz), una excéntrica e impredecible reina del rodeo de Texas, para que se haga pasar por una mujer cuyo abuelo localizó la pintura a finales ... [+]
26 de abril de 2013
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Haciendo un poco de memoria, vienen a la cabeza bastantes películas cuya trama se asemeja bastante a "Un plan perfecto". Algunas como "La trampa" explotaban una buena ejecución del plan y una pareja atípica (Connery y Zeta Jones) con resultado irregular pero efectivo; otras como "El secreto de Thomas Crown" aburrían bastante, pero tenían una pareja que salvaba los muebles. Si embargo "Gambit" no disfruta de una trama elaborada ni de un reparto conjuntado.

La película tiene el dudoso honor de gozar de una de las parejas con menos química del star system actual. Por separado son cotizados y tienen bastante reconocimiento, solo hay que ver ejemplos como "El discurso del rey" para Firth o la prolífica carrera de Díaz con productos de calidad media pero muy rentables en taquilla.

Ese choque entre personajes tan diferentes es el núcleo de la película por mucho que se quiera centrar en un robo de una obra de arte, que solo es un mcguffin, una excusa, para mostrar las diferencias entre un educado hombre de negocios inglés y una alocada chica del medio oeste. Sin embargo Hoffman no acierta a dirigir a sus actores y el resultado es una confrontación llena de clichés que no convence. Y todo con guión firmado por los Coen(!!).

A su lado actores con gran experiencia que ponen de su parte y que al estar ocultos resultan más convincentes dentro de la sencilla trama. Rickman en mayor medida y Tucci son muy buenos en la medida en la que la película les deja, porque su guión no deja lugar a la improvisación. Tucci, por cierto, cada vez más especializado a dejar gotas de su talento en forma de papeles cada vez más pequeños, en algunos casos muy marginales.

Sin apenas trama y con un puñado de secuencias destacables (como la historia ideal y utópica de Firth sobre cómo debería salir el plan), el esqueleto de la película es demasiado frágil y solo se sostiene por los nombres de su conocido reparto, por lo que cualquier soplido puede echarlo abajo, y en las carteleras hace mucho viento...
Moody
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