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España España · Madrid
Voto de anaïs:
7
Drama Tras mudarse con su pareja a un nuevo hogar, Mila (Elena Martín) se da cuenta de que su pérdida de deseo y apetito sexual se encuentra en sí misma. A partir de ahí, empieza un viaje en el que revisita experiencias de su infancia y adolescencia con la esperanza de reconciliarse con su propio cuerpo.
11 de marzo de 2024
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me enfrento a emitir una opinión sobre esta película desde una incomodidad que me sorprende y me preocupa. El deseo sexual femenino es un tema que pese a mis 40 palos y siendo mujer, he pasado siempre de puntillas sobre él, lo he evitado y me he justificado pensando que son temas privados y mejor que lo siguieran siendo. A las mujeres de mi generación se nos ha educado en la REPRESIÓN y hasta antes de ayer existían infinitos tabúes sobre nuestro deseo sexual. Pero el mundo cambia, aleluya. Ahora no son infinitos, aunque siguen siendo numerosos.

Recuerdo como si fuera ayer, una clase de literatura francesa con M. Garric, un joven desgarbado que, por ser objetor de conciencia (que fuerte que hubiera mili) como "pena" le habían destinado a nuestro cole a dar clase a un grupo de adolescentes en celo, insoportables y maleducados niños y niñas de papá. Pobre. Era un hombre interesantísimo, me doy cuenta 20 años después, que se chocaba con las farolas por no despegar la napia del libro, un adelantado a su tiempo que nos contó, así como quien no quiere la cosa, supongo que al hilo de alguna confesión intrascendente de un tal Rousseau (espero que ya no se estudie a ese señoro misógino), que su hija pequeña se masturbaba a todas horas con todo lo que pillaba, se refrotaba con el pico de la mesa, la correa del carrito, el flash de sabor a cola…

Esa fue la primera vez que yo escuché que las niñas se masturbaban. Molt Fort. 16 años. Tócate el higo, nunca mejor dicho. Recuerdo que me quedé impactadísima, debía llevar relativamente poco tiempo explorando mi cuerpo y fui incapaz de recordar si en la más tierna infancia me había masturbado y me produjo muchísima curiosidad, entre otras cosas. Me la sigue produciendo, de hecho. No tengo ningún recuerdo y todavía no me he atrevido a preguntárselo a mis padres.

Así que esta película sobre el despertar sexual y los traumas que pueden ocasionar si no se trata bien, si ni siquiera se habla, me parece que SI es necesaria. Para la directora seguro, que he leído que desde 2018 llevaba con la idea en mente, no debe de ser nada fácil. También me parece necesaria para la generación de nuestros padres, bueno nuestros padres suelen estar todavía un poco a por uvas, más bien para nuestras madres que estoy segura pueden preguntarse por qué no nos hablaron con más naturalidad. Me gusta mucho y me interesa mucho más la relación materno filial que, aunque parezca secundaria, y aparentemente la peli sea una revisión del mito de Electra, creo que es con su madre con quien encuentra la respuesta, la solución, y el desbloqueo.

Pero sobre todo me parece necesaria para los que somos padres y madres AHORA, para que no se nos ocurra, ni por asomo, hablar del tiempo y de fútbol en las comidas de los domingos. Vamos a hablar de todo lo que importa joder y dejar de fruncir el coño digo el ceño ante temas que alguna vez nos incomodaron.

La peli no es maravillosa, se hace larga y personalmente yo no empatizo del todo con la prota y creo que no consigue transmitir sobre todo en la edad adulta. Sin embargo Mila pequeña y Mila adolescente sí me convencen. Me recuerda un poco a Carla Simón, y veo un futuro prometedor. Mi agradecimiento Elena, por romper el silencio y rascar de forma literal en nuestros más escondidos recuerdos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
anaïs
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