No seré yo quien ponga en duda la maravillosa y puntillosa dirección artística, el magnífico vestuario y decorados, el inmejorable maquillaje y el montaje de esta original película así como las estupendas interpretaciones de Brad Pitt y Cate Blanchet entre otros.
Una historia narrada y construida con eficiencia y habilidad, desde el corazón, para mostrarnos las consecuencias del paso de tiempo a través de una trama tan insólita como atractiva.
Un película donde el drama acaba por imponerse en un punto imperceptible entre la dicha más infinita y la realidad más cruda. Sólo hay un problema, es pura ciencia ficción y sin embargo, el director pretende hacer una reflexión sobre la realidad del tiempo en el ser humano y donde colisionan estos dos conceptos acaba su verosimilitud.
Es una de esas películas en las que te invade una sensación de angustia y de perplejidad a la vez que de emoción en ciertos momentos pero si no te la crees es sólo una caja con celofán vacía.