Básicamente es una historia centrada en una joven enamoradiza que busca el amor más apasionado posible. Ocurre en la Primera Guerra Mundial (1916), en la Irlanda que todavía pertenecía a Inglaterra y buscaba la independencia, con lo que aparecen las tensiones típicas entre soldados ingleses y los aldeanos del pueblo costero donde transcurre la acción.
La historia avanza algo lentamente (el metraje es de casi 3h30), recreándose quizás demasiado en encuadres perfectos de paisajes costeros tan bellos como peligrosos, así como en las escenas de amor, rodadas mediante metáforas muy bellas y puramente cinematográficas.
Para mí las mejores actuaciones son las de Mitchum que interpreta al maestro de escuela y marido de la hija de Ryan, un personaje frío, ecuánime y medio frustrado; y también la de Trevor Howard, que borda al párroco, un personaje de infinita paciencia, comprensión y bondad. Supongo que está bien retratada la sociedad irlandesa de la época, con los tópicos de un pueblo lleno de borrachines, mujeres cotillas implacables y muchísimos niños vestidos con ropas y botas sucias.
La banda sonora es algo irregular, con una música de amor que suena demasiado francesa para un entorno irlandés. Lo mejor es la atractiva urdimbre que realiza Jarre entre fragmentos de la música de Beethoven y su propia música original, para ilustrar algunas escenas relacionadas con el maestro de escuela, que era un apasionado admirador de Beethoven.
En conclusión, una película que, a pesar de sus grandes dimensiones, por su preciosismo y cuidadísimo oficio merece estar entre los clásicos.
spoiler:
La trama también incluye conspiraciones, tráfico de armas para los rebeldes independentistas y los anónimos topos o colaboracionistas con los ingleses.