La película comienza presentándonos a su protagonista, el cantante de música country y contemporáneo de Elvis Presley, Johnny cash. El mítico cantautor nacido en Arkansas comienza su andadura en esta película en un importante concierto que dio en la prisión de Folsom, tocando para los reclusos. Esta escena nos lleva directamente mediante un flashback a la infancia del músico, que él mismo recuerda al ver un elemento que causó una gran desgracia a su familia en esta época de su vida. El elemento es una sierra eléctrica, que acabó con la vida de su hermano.
A partir de aquí, el director se dedica a mostrarnos una versión comprimida de los siguientes treinta años de la vida del cantante. Se nos descubren los episodios más relevantes de esta, como son su incursión en las fuerzas aéreas, su matrimonio con la que fue su primera mujer, sus comienzos como músico y primeros conciertos, y la consecución de una gran fama. Para llegar a las dos etapas clave de la vida de Cash, su historia de amor con la también cantante June Carter (interpretada por una sorprendente Reese Witherspoon), y su particular descenso a los infiernos debido a una adicción a las drogas. La película concluirá con el renacer del músico tras abandonar su decadente estilo de vida, con la ayuda de su mujer y de la música.
Cabe destacar que el valor de esta película se debe principalmente a la actuación de sus intérpretes. Se trata sin duda de un film de personajes, que son los que realmente elevan el listón de lo que podía haber sido un trabajo para el olvido de no ser por el enorme talento de Joaquin Phoenix y Reese Whiterspoon, que están inmejorables en sus papeles. Estos dos actores demuestran su enorme profesionalidad con su trabajo, dado que ambos hicieron un tremendo esfuerzo, no solo para caracterizarse lo más fielmente como Cash y Carter, sino también a la hora de cantar como ellos y atreverse a tocar instrumentos que nunca antes habían usado (él aprendió a tocar la guitarra, ella el complejo autoharp). Merece un especial reconocimiento el gran talento de Phoenix a la hora de interpretar en el escenario al genio del country, ya que su voz suena muy similar a la del de Arkansas, una voz muy difícil de imitar. Por ello resulta muy recomendable poder disfrutar de esta película en versión original, y sacarle así mayor partido a la labor de sus actores.
Es por tanto una película en la que la música juega un papel esencial. Las escenas en las que estos dos talentosos actores interpretan canciones delante de un gran número de espectadores son las que de verdad hacen que este film merezca la pena. Estas hacen que el título se quede en el recuerdo del público. De igual modo opinó la academia de Hollywood a la hora de nominar, tanto a Phoenix como a Whiterspoon a los oscar como mejor actor y actriz principales, llevándose solo ella el premio finalmente. Con estas nominaciones se reconoció el enorme esfuerzo de ambos a la hora de representar fielmente a los dos personajes. La tarea no debió ser fácil, puesto que el guión de la película no ofrece gran posibilidad a sus actores de lucirse en este papel dramático. El guión acaba siendo uno de los elementos que falla en el transcurso del film. El hecho de que se trate de un biopic, hace que este se vea mucho más limitado y, a la hora sacar partido a las vidas de los personajes se desaprovecha ligeramente la capacidad interpretativa de los dos grandes actores que la protagonizan. No obstante, a pesar de verse tan condicionados para tratar de ser fieles a la realidad de la historia, ambos personajes quedan bien plasmados, especialmente como he dicho en las actuaciones musicales, de suma relevancia a lo largo de la película.
Otro aspecto que flojea en En la cuerda floja es su montaje. A pesar de que la narración de la película sigue un transcurso lineal a lo largo de casi toda ella, hay momentos de la vida del protagonista que no nos quedan claros, o no se nos explican del todo bien, lo que puede dar lugar a cierta incertidumbre en el espectador. Es información que el director omite, dando por supuesto que quien vaya a ver su película conoce la vida del músico y sabe el por qué de estos asuntos. Unos de ellos podría ser que no se nos explica cuál es el motivo principal que lleva al cantante a meterse en el mundo de las drogas. De la noche a la mañana, el protagonista comienza a tomarlas sin un motivo aparente. Sí se habla de los traumas que sufrió a lo largo de su vida (la muerte de su hermano mayor durante su infancia parece un motivo más que justificable para entender sus problemas), y a través de ellos podemos intuir por qué el músico comenzó a consumir estupefacientes. No obstante, en mi opinión se dan demasiadas cosas por supuestas en el transcurso de la narrativa. El director tampoco profundiza en la psicología del resto de personajes, planos completamente en toda la película, haciendo que la misma acabe resultando cosa de dos. Si bien, es cierto que si no se hubiesen omitido estos elementos, el metraje de la película podía haberse alargado bastante más de lo debido. Teniendo en cuenta que ya es bastante extensa.
En definitiva, cuando hablamos de En la cuerda floja, nos encontramos ante una película de grandísimas interpretaciones, que pasará a la historia por el tremendo trabajo de sus dos protagonistas. En ella la música juega un papel primordial y prácticamente imprescindible, y sus escenas en estudios musicales, pruebas y conciertos quedarán guardadas en la retina de todos.