Entré en la sala con unas expectativas muy diferentes a lo que realmente era la película. Me esperaba una cinta divertida y curiosa pero me equivoqué. Wall-e es más que eso. Ya supe que estaba equivocado desde el principio que me cautivó hasta el final.
Para empezar la animación me dejó sin palabras y con la ayuda de una excelente fotografía te parece estar viendo una bella pintura en cada plano. Pixar tiene el don de hacernos sentir cosas que ninguna película de animación podría. Es más, el pequeño robot Wall-e es un diseño tan perfecto para desprender emociones que pensando que solo son unos mecanismos creados por ordenador te quedas impresionado, cautivado. El resto de robots cumplen con creces.
Y la historia de amor. Increíble. Preciosa. Sobran las palabras para describir lo cautivado que te llegas a sentir al final de la película por la emociones que transmiten y con qué gracia lo hacen Wall-e y Eva.
La sociedad de Axiom, donde los humanos prácticamente no tienen contacto te hace ver que el verdadero mensaje de la película no es el exagerado grado de consumo que tiene nuestra sociedad actual, sino a lo que ello lleva, que es precisamente a la destrucción de las relaciones humanas. Ya no recuerdo en cuántas cenas familiares he estado y ha habido momentos que nadie hablaba porque unos estaban con el móbil, otros con el mp3, los más pequeños con la consola portátil, y otros sentados delante de la televisión. Y sé que no soy el único que vive esto y te hace reflexionar de como es nuestro modo de vida y es irónico que tengan que ser unos pequeños robots los que nos demuestren lo que es el amor.
También destaco la música, me pareció casi trascendental, bellísima, casi no parece de una película de animación.
Por lo que he leído me parece increíble que esta historia estuviera creada muchos años atrás y que hayan tardado tanto a adaptarla. Gracias Pixar