Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonalva:
6
Western. Intriga Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza por el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido ... [+]
31 de enero de 2016
105 de 156 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tener un estilo personal e inconfundible es digno de alabarse. Pero repetirse sin pudor, sin aportar nada nuevo, sin ofrecer nada que sorprenda o anime, resulta cansino e innecesario. Pareciera que estuviéramos ante una copia descarada de los rasgos señeros del cine de Tarantino (extensos diálogos chispeantes, personajes extremos, violencia descontrolada, impulsividad desaforada,…) pero realizado por algún alumno torpón y pedante que idolatrase a su venerado modelo pero sin un ápice del talento ni originalidad del mismo.

No se puede alargar durante casi tres horas una situación única y sin apenas desarrollo – deudora de “La ratonera” de Agatha Christie – con un andamiaje tan párvulo y achacoso como éste, donde ni los diálogos resultan ingeniosos, ni las situaciones tienen garra, ni los personajes tienen el cuajo o la flema necesarios como para hacer llevadero semejante prueba de resistencia. Contada (de forma sucinta) la película pareciera ser graciosa, pero visionada en su fatigosa integridad resulta casi tediosa por su monotonía y falta de brío.

Y los actores se prestan con caricaturesco énfasis a representar esta mascarada traviesa donde nada es lo que parece pero todo resulta ser irrelevante, repetitivo y fatigoso. No hay forma de dotar de vida a lo que ha nacido casi muerto, exangüe y desmayado. Pretenden representar un texto que carece de brillo, de lustre, de fuste y de ingenio y que apenas sustenta las eternas parrafadas interminables con que se adorna la plúmbea farsa. Un quiero y no puedo de aprendiz de brujo, sin apenas gracia, sin apenas amenidad, sin entretenimiento.

Decir que lo mejor y más brioso de la película es la música de Ennio Morricone – que a sus 87 primaveras mantiene su portentosa creatividad melódica – es decir la verdad. Pero deja en mal lugar al maestro de ceremonias, Quentin Tarantino, que a sus poco más de 50 años da muestras de una fatiga, desgana y apatía preocupantes. Todo resulta un pálido reflejo de lo que antaño fue pero parece ahora agotado, insulso catálogo de chistes romos, sin apenas gracia ni fulgor. Se deja ver con cierta indulgencia y buena voluntad, pero es una decepción con innumerables descarrilamientos. Esperemos que sea un borrón transitorio.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow