Hace ya siete años el director Rian Johnson nos sorprendió con una amable e ingeniosa cinta de cine negro llamada “Brick” (2005), también interpretada por Joseph Gordon-Levitt. Ahora, tras más de un lustro nos vuelve a sorprender con una muy entretenida, original y bien urdida cinta de ciencia ficción, que utiliza los viajes en el tiempo como punto de partida de una trama compleja, pero muy bien trabada y perfectamente llevada para asegurar no sólo el entretenimiento visceral de la cinta, sino una coherencia argumental que le confiere solidez y peso.

¿Qué desorden podría causar viajar en el tiempo, sobre todo si uno se encuentra con uno mismo pero en la ‘versión’ de hace veinte año? ¿Seríamos capaces de manipular el devenir de la historia si tuviéramos ocasión, o el destino se volvería a repetir, inexorable? Looper juega la baza de la fascinación y de la incertidumbre, juega con las expectativas del espectador – sin engañarle en ningún momento – para armar una propuesta potente, inteligente, con mucha acción y muerte, pero con una sabia dosificación de los excesos y de las repeticiones narrativas (como corresponde al juego con el tiempo, con lo ya vivido).

En un mundo cinematográficamente tan previsible y pacato, se agradece doblemente el riesgo que asume esta película – y de la que sale plenamente victoriosa. Entretenida, ágil, violenta, romántica, arriesgada y feliz, todo un ejemplo de buen cine, que no toma al espectador por tonto, que entretiene sin despistar, que ofrece laberintos y los resuelve de forma elegante y deja un muy buen sabor de boca. Los muy buenos actores (Bruce Willis, Emily Blunt, Jeff Daniels, Paul Dano y el ya mencionado Joseph Gordon-Levitt, entre otros) aportan no solo su buen hacer, sino verdadero carisma y calidez a sus personajes, redondeando lo que puede ser uno de los productos comerciales más redondos y entretenidos del año en curso. Muy recomendable.