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Voto de EuTheRocker:
7
Thriller. Acción. Drama Dos jóvenes, El Niño y El Compi, han decidido ir a Gibraltar para introducirse en el mundo del narcotráfico. Riesgo, emociones y mucho dinero para quien sea capaz de llevar sin sobresaltos una lancha cargada de hachís que vuela sobre las olas. Jesús y Eva, dos agentes de la Policía antidroga, llevan años tratando de demostrar que la ruta del hachís es una de las principales vías de penetración de la cocaína en Europa. Su objetivo es El ... [+]
3 de septiembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho se ha hablado, y mucho queda por escuchar de la nueva película de Daniel Monzón, director aclamado por su anterior película "Celda 211". Y habladurías a parte, debería quedar patente que nos encontramos ante una película que merece el aplauso generalizado del público por la valentía de su propuesta y la calidad de su planteamiento. Hace unos años, resultaba muy complicado encontrar películas dentro de nuestras fronteras enmarcadas en un género que no fuera el drama social, o la comedia. Sin embargo, y coincidiendo con la irrupción de Antena 3 y TeleCinco en el mundo de la producción cinematográfica, se empezó a apostar por un cine de género que anteriormente, apenas había sido explotado en nuestras país, salvo por honrosas excepciones como pueden ser los nombres de Amenabar o algunos títulos del gran Berlanga. De ese modo, nombres como el de J. A. Bayona, Jaume Balagueró o Nacho Vigalondo, comenzaron a resultar reconocibles para el gran público, apostando por un cine que experimentaba con las formas clásicas de géneros hasta ese momento, prácticamente inexplorados para nuestros realizadores. Además, esta nueva hornada de directores, contaban con el aval de una amplias campañas de promoción que respaldaban sus productos convirtiendo títulos como "Lo imposible" u "Ocho apellidos vascos" en clásicos recientes de nuestro cine.

Daniel Monzón es, junto con Alberto Rodríguez, director de la soberbia "Grupo 7", uno de los directores que mejor ha sabido adentrarse en los complicados entresijos del thriller y desarrollar el género acomodándolo a los estereotipos y cánones de nuestro país. Su anterior película era un potente drama carcelario cargada de tensión y ritmo que convenció a crítica y público por lo arriesgado de su libreto y su gran labor tras las cámaras. Ahora, con "El niño", Monzón corrobora esa maestría en la dirección con una cinta que aborda el narcotráfico en nuestro país de una manera realista, y no por ello exenta de un agonizante suspense. Con formas que recordarán a más de uno a la segunda temporada de la perfecta "The Wire", Monzón y el guión de Jorge Guerricaechevarría, se sumergen a pulmón descubierto en el universo de la compra-venta de drogas en el Estrecho de Gibraltar, revistiendo todo el relato de un tempo y unas formas, que aportan una desconcertante y angustiosa sensación de realismo casi documental, sobre todo en el rodaje de las escenas de acción, que junto con el magistral desarrollo de la psicología de sus protagonistas, convirten a "El niño" en uno de los thrillers más sobrecogedores del presente curso cinematográfico, y en uno de los más soberbios trabajos de nuestro cine más reciente. Un título que se atreve a mirar a la cara sin languidecer a títulos de mayor presupuesto venidos de más allá de nuestras fronteras. Una auténtica declaración de principios de un director con maneras más que suficientes para llamar a las puertas de la meca del cine y alcanzar grandes metas.

Pero no sólo de la genialidad de Monzón se alimenta "El niño". Porque el trabajo de su reparto también es digno de mención, con una selección de casting que apuesta por rostros conocidos, y otros nombres noveles. En el primer grupo, nos encontramos con el gigante Luis Tosar, soberbio como siempre, disputándose la pantalla con grandes nombres como Eduard Fernández o Sergi López. En el lado desconocido, destaca el papel de Jesús Castro, debutante que, si bien en sus miradas y gestos, demuestra buenas maneras, le falta aún pulirse en el cara a cara, para ganar naturalidad y soltura. Aún así un nombre a seguir en nuestro cine. A él le acompañan otros rostros como el de Jesús Carroza, Moussa Maaskri o Mariem Bachir, que si bien, gracias a que aún no son grandes nombres, aportan un punto extra de realismo al conjunto, en algunos momentos, presentan una falta de química, que resiente el relato al centrarse en sus dramas.

Sin embargo, nada oscurece el resultado final de una gran película. Más de dos horas de un cine de muchos quilates, que se disfruta por el talento que desborda y por la energía que propone. Un vibrante relato que promete escribir líneas doradas dentro de la filmografía de un país, que cada vez, se muestra más valiente en sus formas y propuestas. Un paso de gigante para Monzón, director al que desde estas líneas, felicito y aplaudo por su soberbio conocimiento del arte que nos une. Y un motivo de alegría para los cinéfilos que ya no tenemos que mirar a Hollywood para encontrar propuestas interesantes. Ahora, los duelos de grandes directores, ocurren aquí, y en septiembre, tenemos una gran ronda con la llegada de la nueva propusta de Alberto Rodríguez, "La isla Minima". Da gusto poder comparar películas tan prometedoras con el orgullo del trabajo hecho en casa.
EuTheRocker
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