Stan Lee puede y debe estar orgulloso. "Los Vengadores" se han reunido por fin en la gran pantalla tras una larga espera y unas cuantas películas que pretendían abrir boca. Y ahora, tras sobrevivir a sus poderes, puedo asegurar que su descenso a las salas de cines, no es más que un ascenso a los mejores rincones de la memoria cinematográfica del cine de entretenimiento más reciente.

"Los Vengadores", esconde debajo de sus trajes metálicos y/o ajustados tantos momentos grandiosos que el espectador no puede por más que dejarse llevar de la mano de su excelente metraje para gozar como pocas veces se ha hecho en una película de superhéroes. El mérito, es de una colección de héroes que no están salidos de ninguna página, sino que son reales como la vida misma y que derrochan toda su profesionalidad para disfrute del respetable.

Chris Evans, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, y compañía, muestran una química que desborda la pantalla por los cuatro costados. El espectador se ve obligado a vincularse a los personajes debido al gran carisma que destilan en pantalla. Mención a parte merecen dos auténticos portentos que manejan esta ilustre reunión con mano de acero y mala leche. Robert Downey Jr. una vez más bajo su traje de Iron Man, acapara muchos de los mejores momentos de la película. No creo que haya mucha gente capaz de evitar sentir auténtica admiración por su personaje: cínico y simpático; gamberro y sentimental; un héroe en el sentido más amplio de la palabra. A su lado, aparece Mark Ruffalo, como la nueva cara tras la cual se esconde Hulk. Sin duda uno de los grandes aciertos de esta película, pues por primera vez, la complejidad que encierra el personaje de Hulk adquiere consistencia a la vez que nos regala para el recuerdo algunas de las secuencias más hilarantes que se recuerdan dentro del cine de acción (y a la vez más soberbias).

Joss Whedon (guionista), es otro de los héroes de la cinta. Su texto, carece de la profundidad y complejidad de los guiones de Nolan. Sin embargo, sabe perfectamente lo que busca. Bajo un guión solvente, convincente y sólido, Whedon encuentra el pretexto perfecto para desarrollar un viaje al lado más salvaje del entretenimiento. No hay momento en que el espectador descanse: si no ríe, se encoje de tensión; si no se inquieta por el devenir de la historia, se ve deslumbrado por los fuegos de artificio. Todo ello, aportando coherencia a una cinta que tenía que aunar 5 películas anteriores. Y él lo consigue extrayendo lo mejor de cada una de ella y elevándolas al enésimo exponente.

(Sigue en Spoiler sigue sin Spoiler)