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Voto de Quatermain80:
8
Drama Terribles fueron las luchas que Iván IV el Terrible, primer zar de Rusia, tuvo que sostener contra sus enemigos del interior y del exterior para crear un estado fuerte y moderno. En 1547, a los 17 años, Iván es coronado zar en la catedral de Moscú por el patriarca Macario. El apoyo de la Iglesia confirió al acto un prestigio sagrado que sería la base de la autocracia zarista. En el interior, para combatir a los boyardos (la poderosa ... [+]
13 de agosto de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante obra de Eisenstein que aborda la figura del Zar Iván IV (1530-1584), anteriormente gran duque de Moscú, mostrando, en esta primera parte, sus ambiciones unificadoras y absolutistas.

En efecto, el personaje recreado por Eisenstein se nos muestra imbuído de una resolución inapelable, de un afán de poder que no conoce límites, y el argumento de la obra (tanto en esta primera parte como en la segunda) gira en torno a los obstáculos que van a oponer a Iván los boyardos (la aristocracia terrateniente), la Iglesia, y algunos miembros de su propia familia. Por tanto, el espectador asiste a la que quizás es la mejor representación cinematográfica de una autocracia, y por extensión, de un autócrata. Iván sólo conoce la certeza de su propia ambición, y no admite frenos ni componendas para ejercer su poder, el cual adorna con un paternalismo eficaz, buscando la identificación directa con el pueblo. Los boyardos, así como las autoridades eclesiásticas, son retratados como seres recelosos, traicioneros, a los que no les importa venderse a potencias extranjeras con tal de conservar sus privilegios.

Esta primera parte es, estéticamente, una verdadera maravilla, en la que Eisenstein alcanza una brillantez formal pocas veces igualada en la historia del cine; la abigarrada y barroca composición de los planos, la grandiosidad de la puesta en escena, y la hábil integración de los personajes principales en el entorno (soberbios decorados de Spinel), generan en el espectador una verdadera sensación de majestuosidad. A Iván, por ejemplo, se le enfoca muchas veces en contrapicado, acentuando su grandeza, y logrando de paso mostrar los ángulos y profundidades que propician los decorados. Las secuencias más destacables, por su acierto compositivo y planificador son, como ya se ha señalado en otras críticas, la de la coronación (sirve además para presentar a los personajes y sus motivaciones), el asedio de Kazán (de gran influencia en películas posteriores), el velatorio de la zarina muerta, y la final, con el pueblo marchando en busca de un estrategicamente retirado Iván. Buenas interpretaciones, dentro de la teatralidad característica de los intérpretes rusos de la época, la impresionante música de Prokofiev, un lujoso vestuario y un guión bueno aunque no soberbio, completan las virtudes formales de esta gran película.
Continúa en spoiler, sin revelar detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Quatermain80
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