Tras la brutal decepción personal ante Batman Begins, me negué a ver cualquier secuela de la nueva saga (apuntar que soy de los que cree que el mejor Batman fue Michael Keaton), pero ante esta nueva entrega sólo me queda aplaudir.

Es obvio mencionar a Heath Ledger, sin duda, la mejor interpretación del filme. Pero ya no es por el morbo de su Oscar póstumo, sino por la ternura y, a su vez, atracción carismática que me ha transmitido como espectador: Jack Nicholson ha tenido mucho que envidiar.
Realmente, tampoco es justo nombrar a Nicholson, pues los noventa eran otros tiempos, otras modas y estilos visuales, y quizá un personaje como el de Ledger hubiera sido, al menos, anacrónico.

Por lo demás que, pese a sus dos horas y media, no se hace larga, en absoluto.
Es una película para toda la familia pero que, sin duda alguna, será más que bien acogida entre el público joven.

El único punto negativo: que estoy harto de secuelas de los ochenta/noventa, los guionistas deberían currárselo un poco más.