Bienvenidos a Zombieland fue un soplo de aire fresco de cine ochentero, con un director que fué capaz de reinventar el cine de zombies en clave de humor.

Pues bien, Fleischer no está, ni mucho menos, a la altura de su primer éxito comercial, firmando una peli de lo más prescindible. A pesar de tener un metraje de no más de 80 minutos, el film transcurre lentamente, teniendo uno la impresión de que dura, al menos, 2 horas.

Además, no se recuerda ni un gag a la altura.

Respecto a Danny Mcbride, nada cambia de su papel histriónico de Caballeros, princesas y otras bestias, dando la sensación de estar fuera de lugar en todo momento.

Lo mejor.- Eissenberg bromeando sobre facebook.

Lo peor.- Se hace muy larga, a pesar de su metraje.