El desencanto de Jaime Chávarri, es un documental biográfico basado en la familia del poeta Leopoldo Panero, considerado por muchos como una película de culto. Dirigida con un ritmo señorial y mayestático, el mismo que marcan los protagonistas con sus palabras, es peculiar y distinto tanto por el lenguaje como por sus pensamientos, que llaman la atención del gran público de un modo intachable aunque con una personalidad artificial. Realizada de un modo provocador y supuestamente sincero, tiene un resultado ingenioso y lúcido.
La fotografía en blanco y negro, es evocadora y confortante, con imágenes estáticas y cualificadas que son idóneas y estéticamente apropiadas para un documental. La música, es escasa y tan solo suena en determinados momentos, con sonidos de bandas alusivos al lugar donde se desarrolla la historia. Y los planos y movimientos de cámara, usa de manera notable el reconocimiento, generales, detalle, primerísimos, cámara en mano y fija según el momento de la acción en una buena labor técnica.
Las actuaciones, por parte de los 3 hijos del poeta y su viuda, muestra claramente sus personalidades sin miedo al qué dirán, sino más bien enseñando sin complejos sus defectos y virtudes en un desahogo familiar que el público disfruta por ser insólito pero atractivo. Contando con la participación de Felicidad Blanc, Juan Luis Panero, Leopoldo María Panero y Michi Panero. Los cuales llevan unos vestuarios y caracterizaciones propios, que dejan patente su clase social y estilismo elegante o informal según el miembro de la familia.
El guion, escrito por el mismo director y basado en entrevistas a la familia, es interesante y sustancioso, al ser algo comprometedor por las confidencias de cada uno de ellos, dejando al otro en evidencia, lo cual resulta atrayente para el espectador, ya que son comentarios sin desperdicio y que además sueltan sin temor o preocupación por sus consecuencias. Y lo llevan a cabo con una narrativa evidente y clásica, que llega a ser algo pesimista e incluso desesperanzadora. Resaltando también, un montaje narrativo y tradicional típico de los documentales biográficos.
Concluyendo, la considero un documento indispensable y muy entretenido, por ser inusitado y agradable de ver, además de cautivador y atractivo por las historias y personalidades de los protagonistas, que no pasan en absoluto desapercibido para el público en general. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, montaje y narrativa que convierten a El desencanto, en un documental inesperadamente atrayente, que brilla con la luz propia de sus personajes y que no defrauda en absoluto.