Alarido apagado el que se encuentra en la espiral del juego, cada vez más endeudado, cada vez más perdido y entregado, sin nadie a quien recurrir más que a otro acreedor todavía peor que el anterior, mientras sigues acumulando deudas y el plazo para pagar se acaba, y a todo esto parece que no te importa, que es un suicidio ideado para que se consumen por otra mano.

Rupert Wyatt consigue firma un film de factura intachable, con soberbios diálogos universitarios sobre literatura, metiéndonos en la espiral del juego con Mark Wahlberg, jugando al 21 como si en ello nos fuera la vida, para terminar con el negro, o el rojo, que tanto monta, monta tanto.Excepcional banda sonora original, y brillante el conjunto de actores secundarios, donde brillan con luz propia Jessica Lange, cuya belleza perdura a pesar de esos estiramientos tan poco atractivos y sobre todo John Goodman, que no esconde nada, al natural, a bote pronto, con ese sorprendente look a lo Brando en el "Apocalipsis Now" y sus veinte minutos de gloria.

Interesante película sobre un jugador que lo tiene todo para no jugar. Notable, 7.