Media votos
4.9
Votos
10,137
Críticas
2,181
Listas
294
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Maldito Bastardo:
7
1 de diciembre de 2006
32 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que una película de terror habría que definir al remake de la desaparecida “London After Midnight” como de intriga o misterio. No es en sí una cinta de vampiros al uso. Se basa en la superstición que provoca dicho tema para desarrollar la trama e incluso una inteligente parodia.
Tod Browning nunca tuvo suerte con los censores ni productores. Media de hora de película perdida así como un puñado de personajes para erradicar toda posible visión por parte de los espectadores de la relación incestuosa que mantienen el Conde Mora (Bela Lugosi) y su hija. Con los cortes se relega el protagonismo a los otros personajes principales y al misterio que les rodea. Aunque algunos acusan a estos 58 minutos de aburridos.
En mi opinión, “La marca del vampiro” es otro inteligente, macabro y misterioso juego de espejos de Browning. Otra muestra de su indudable talento.
Tod Browning nunca tuvo suerte con los censores ni productores. Media de hora de película perdida así como un puñado de personajes para erradicar toda posible visión por parte de los espectadores de la relación incestuosa que mantienen el Conde Mora (Bela Lugosi) y su hija. Con los cortes se relega el protagonismo a los otros personajes principales y al misterio que les rodea. Aunque algunos acusan a estos 58 minutos de aburridos.
En mi opinión, “La marca del vampiro” es otro inteligente, macabro y misterioso juego de espejos de Browning. Otra muestra de su indudable talento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Remite a un segundo visionado para comprobar si resulta demasiado tramposa y si el plan para desenmascarar al asesino resulta estrambótico y descabellado:
Primera secuencia: Ambiente de gitanos y superstición. Una vieja recoge en la noche hierbas del cementerio. Se escucha un sonido. Es un chillido. No es nada, simplemente un carruaje cuyo conductor grita histérico a los caballos. Un murciélago se acerca a la vieja que se asusta al verlo e intenta huir. Sus harapos se quedan enganchados en una pequeña horca, similar a una garra, aumentando el susto.
¿Ha habido algo paranormal? Nada. Todo es explicable.
Segunda secuencia: una pareja de extranjeros se ríen de las supersticiones locales en la taberna del pueblo. El doctor que entra en escena está de acuerdo con ellos, pero observamos que también es supersticioso cuando se queda sólo.
En esta secuencia se explican el resto de la película. Los personajes tiene dos caras y cualquier persona nada supersticiosa puede dudar o creer en algo paranormal si el ambiente que le rodea es propicio.
Tercera secuencia: aparece el verdadero “vampiro” y asesino frotándose las manos.
Así, la película se convierte en una parodia de estas supersticiones y el miedo a lo desconocido (el gato que sale de la armadura).
Obviamente para seducir al espectador y que caiga en el engaño, como las victimas de este peculiar y vampírico “Inocente, inocente”, hay que recurrir a pequeñas trampas (el flashback donde los sirvientes dan su "versión" de la aparición del Conde Mora). Aunque Browning es listo e introduce en todas las secuencias donde aparece un supuesto “no muerto” a un murciélago volando.
Lo real y lo irreal van ligados. La mentira y la fantasía queda desmitificada por lo auténtico, lo verdadero y natural.
Primera secuencia: Ambiente de gitanos y superstición. Una vieja recoge en la noche hierbas del cementerio. Se escucha un sonido. Es un chillido. No es nada, simplemente un carruaje cuyo conductor grita histérico a los caballos. Un murciélago se acerca a la vieja que se asusta al verlo e intenta huir. Sus harapos se quedan enganchados en una pequeña horca, similar a una garra, aumentando el susto.
¿Ha habido algo paranormal? Nada. Todo es explicable.
Segunda secuencia: una pareja de extranjeros se ríen de las supersticiones locales en la taberna del pueblo. El doctor que entra en escena está de acuerdo con ellos, pero observamos que también es supersticioso cuando se queda sólo.
En esta secuencia se explican el resto de la película. Los personajes tiene dos caras y cualquier persona nada supersticiosa puede dudar o creer en algo paranormal si el ambiente que le rodea es propicio.
Tercera secuencia: aparece el verdadero “vampiro” y asesino frotándose las manos.
Así, la película se convierte en una parodia de estas supersticiones y el miedo a lo desconocido (el gato que sale de la armadura).
Obviamente para seducir al espectador y que caiga en el engaño, como las victimas de este peculiar y vampírico “Inocente, inocente”, hay que recurrir a pequeñas trampas (el flashback donde los sirvientes dan su "versión" de la aparición del Conde Mora). Aunque Browning es listo e introduce en todas las secuencias donde aparece un supuesto “no muerto” a un murciélago volando.
Lo real y lo irreal van ligados. La mentira y la fantasía queda desmitificada por lo auténtico, lo verdadero y natural.