“Ultimate Wolverine vs Hulk” era una miniserie en viñetas compuesta de seis números en los Lobezno es contratado por Nick Fury para acabar con una amenaza llamada Hulk, que ha acabado en el Tibet formando un harén con las chicas del pueblo. Su argumento podría ser sumamente adaptable pero Marvel ha preferido dos mini-episodios de enfrentamientos con Thor y Lobezno con la menor historia posible… aunque dirigidas más hacia los entornos de Logan y el asgardiano.

El aliciente es ver a Hulk enfrentarse a Lobezno pero al mismo tiempo a enemigos del miembro de los X-Men. Es así como viejas glorias maléficas se darán unión en contra de Lobezno como Omega Rojo, Deadpool o Lady Deathstrike y, también, se inician alianzas y ataduras para sobrevivir ante un ataque demoledor. Leches y más leches entre garras y nudillos verdes. Wolverine huele mucho a toxinas y es normal: su capítulo no es más que una ración de colorantes de acción para convencer todo tipo de paladares.

Hulk en Asgard es otro incentivo para ver “Hulk vs.” con mejores ojos aunque esta vez el argumento nos traslade y provoque el encuentro con Loki, que secuestra al Dr. Banner para liberar su bestia interior y controlarla para devastar su antiguo hogar durante el sueño de Odín. Lo que sabemos es que no hay rival para Hulk en toda la galaxia y un ‘todos contra uno’ hará que la lucha atraviese territorios desconocidos y algún ligero giro para ‘agilizar’ la acción.
Se deja ver aunque debería pensar en adaptar “World War Hulk” pero entiendo que lo hagan después de “Los Vengadores” y como continuación de “Planet Hulk”.