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Voto de Maldito Bastardo:
1
17 de julio de 2006
23 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil superar en mediocridad el filme del inefable Uwe Boll, pero al menos Michael Hurst no lo oculta. "House of the dead 2" es un videojuego filmado desde su primer minuto y sus títulos de crédito, aunque le falta un mapa de posición en la esquina de la pantalla y que fuese compatible con una consola.
Porque el argumento podría encajar perfectamente con las secuencias cinemáticas que aparecen entre pantalla y pantalla de un videojuego.
Lo gracioso es que "House of the dead 2" está más cerca de un survival horror del tipo Resident Evil que de la saga de Sega.
La guapísima Emmanuelle Vaugier podría bien ser una posible reencarnación de Jill Valentine para ser claros.
Lo mejor son los momentos memorables. Cuando el filme se intenta poner dramático y solo provoca una histérica risa. Los traumas de los protagonistas son carne de parodia. Esperemos que Trey Parker y Matt Stone tomen nota para su próxima película.
También esos ataques inquietantes de los zombis: un manotazo simple o doble.
Y la mejor secuencia, un escape entre empujones de un centenar de zombis dando manotazos, que podría ser una perfecta recreación de un concierto de Ricky Martin.
Y para colmo de males un final que hace justicia a su nota. Todo un bodrio señores.
Porque el argumento podría encajar perfectamente con las secuencias cinemáticas que aparecen entre pantalla y pantalla de un videojuego.
Lo gracioso es que "House of the dead 2" está más cerca de un survival horror del tipo Resident Evil que de la saga de Sega.
La guapísima Emmanuelle Vaugier podría bien ser una posible reencarnación de Jill Valentine para ser claros.
Lo mejor son los momentos memorables. Cuando el filme se intenta poner dramático y solo provoca una histérica risa. Los traumas de los protagonistas son carne de parodia. Esperemos que Trey Parker y Matt Stone tomen nota para su próxima película.
También esos ataques inquietantes de los zombis: un manotazo simple o doble.
Y la mejor secuencia, un escape entre empujones de un centenar de zombis dando manotazos, que podría ser una perfecta recreación de un concierto de Ricky Martin.
Y para colmo de males un final que hace justicia a su nota. Todo un bodrio señores.