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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
7
Thriller Kyung-chul es un psicópata peligroso que mata por placer y que ha cometido varios asesinatos con unos métodos diabólicos difíciles de imaginar. Sus víctimas son chicas jóvenes. La policía lleva tiempo intentando capturarlo. Un día, aparece asesinada la hija de un jefe de policía retirado. El novio de la chica, un agente secreto, jura vengarse. (FILMAFFINITY)
4 de septiembre de 2011
47 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
CARLOS BOYERO escribió el 19/09/2010 en su CRÍTICA al 58º Festival de San Sebastián:

«Me suena el nombre del director coreano Kim Jee-Woon, pero no logro hacer memoria de sus fechorías. Es penosa mi capacidad para el olvido con una muy notable parte del cine oriental. Algo que no le debe ocurrir al numeroso y extasiado público que ha despedido con una ovación su película I saw the devil, algo comprensible si esta se exhibiera entre adictos incurables a la Semana de Cine de Terror, pero muy raro si las aficiones se rigen por la normalidad. El argumento de este engendro es deudor en parte de las admirables películas de David Fincher Seven y Zodiac, pero su expresividad está emparentada con la que caracteriza a Shaw(*) y sus infames secuelas. ¿Dónde radicará el encanto del gore? La respuesta solo puede ofrecerla la psiquiatría. Seamos tolerantes y democráticos en la convicción de que hay legítimos gustos para todos.»

(*):Boyero sacó su escopeta para cazar pero se olvidó de cargarla convenientemente. ¿¡‘Shaw’!? Conocíamos la marca Dog Chow, al clarinetista Artie Shaw, al escritor George Bernard Shaw y al director de terribles y ‘gores’ tv-movies llamado Larry Shaw. ¿Se refería a ese Shaw el Sr. Boyero? Ah, no… que era la saga ‘Saw’… o sea “I ‘shaw’ the devil”, para que nos entendamos.
Posiblemente podríamos emparejar a un killer de la crítica nacional con Kyung-chul y lo que le ocurre en la película que dirige el director de “A Bittersweet Life”. De ésta última toma a Lee Byung-hun y cierta actitud estética. Y todo cazador y diablo debe someterse incluso a un paso por el mismo infierno. La guarida del terrible psicópata y diablo que retrata Kim Ji-woon es la puerta directa hacía ese terrible destino del alma torturada.

La fórmula coreana del director parece unificar las posiciones y rasgos de los personajes del psicópata y el justiciero vengador, un agente secreto que ejerce de Dexter Morgan, al mismo nivel. Monstruo por Monstruo. Sus concesiones y sus tics en los excesos de la banda sonoras y giros pueden formular un componente cinematográfico como guiño para mostrarnos que lo que estamos viendo es sólo una película. Una cinta gore con elementos estremecedores, con pinceladas de humor, parece ser la vía de escape ante el horror que vive el espectador, en tiempos en los que cualquier exceso resulta ridículo es doblemente peligroso.

La tragedia vista como resorte de venganza es un tema tan interesante como desgastado. Pero cuando uno no tiene nada que perder deja de ser humano y encuentra al mismísimo diablo, a su diablo interior para que expulse demonios, lágrimas y dolor contenido. ¿Quién gana o pierde en juego de piezas de dominó que caen alrededor? Aquí el rencor y la venganza es una pesada losa en el pecho que evita que se respire, que se pueda ser humano… y en esa inhumanidad habita el infierno de cada uno, el dolor de cada gota de sangre, la inquietud de cada corte hacía un abismo llamado oscuridad.
Maldito Bastardo
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