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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
6
Ciencia ficción. Thriller. Aventuras. Intriga En un plazo de cinco años el Sol se apagará, y con él se extinguirá la raza humana. La última esperanza de los hombres es el Ícarus II, una nave espacial tripulada por seis hombres y dos mujeres, cuya misión consiste en llevar una gigantesca carga explosiva que insuflaría nueva vida a la estrella y le permitiría volver a brillar, salvándose así la población de la Tierra. El problema es que la nave Ícarus ya había llevado a cabo la misma ... [+]
30 de abril de 2007
40 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Danny Boyle parece que se ha convertido en un ‘salvador’ o ‘resucitador con morro y clase’ de géneros trillados y vilipendiados por el cine comercial. Y puede que “28 días después” (al igual que “Sunshine”) suponga para muchos una decepción por sus limitaciones dentro del género, su paupérrimo desarrollo de personajes e inconsistencia narrativa de cara al desenlace. Pecados, que en el fondo, resultan perdonables teniendo en cuenta la ‘calidad’, totalmente artificial y vacua, que ofrecen las producciones hollywoodienses.

“Sunshine” explora lo poco que quedaba por rastrear: una misión prácticamente suicida en un futuro cercano, de la que depende la supervivencia de la humanidad, para reanimar un sol que se está apagando.
No es extraño que las referencias del guión de Alex Garland sondeen el deteriorado patio actual: “Deep Impact”, “Armageddon”, “Horizonte final”, “Supernova (El fin del universo)” o “El núcleo”; pero también existen resonancias a tiempos pasados y más interesantes: “Alien”, “2001: Una odisea del espacio” o “Solaris”.
Más que refrito, como inicialmente puede parecer, Danny Boyle ha construido un luminoso espectáculo sobre esquemas vistos pero no menos interesante: la verdadera intriga e incertidumbre las propician las decisiones morales y fallos humanos de sus protagonistas, que ensombrecen en numerosas ocasiones el espectáculo de acción y los delirios con los efectos especiales.

Pese a que sus personajes son más planos que un mapa del sistema solar y su final resulta tan embrollado como eficaz, Boyle sabe enfocar la epopeya hacía una vertiente religiosa y humana evitando como la peste cualquier atisbo de sensiblería que ya hemos sufrido en los filmes de Mimi Leder y Michael Bay.
Agradecidos podemos quedar con el resultado, aunque el planteamiento más interesante hubiese sido un drama social espacial con varios astronautas ‘parados’, esperando a que una megacorporación les diese una misión, y que pasasen los días muertos mirando al sol.
Qué tomen nota los Aranoas, Loachs y Dardennes.
Maldito Bastardo
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