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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
4
Romance. Drama David Kepesh (Ben Kingsley), un carismático profesor, está orgulloso de seducir a alumnas deseosas de probar experiencias nuevas, pero sin ningún compromiso. Pero, cuando la hermosa Consuelo Castillo (Cruz) entra en su clase, sus precauciones se esfuman. Esa belleza morena consigue, al mismo tiempo, cautivarlo y desconcertarlo. Consuelo es para él algo más que un objeto de deseo. Su fuerte personalidad y su carácter apasionado ... [+]
5 de octubre de 2010
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Coixet, no la palmes. No dejes que “Elegy” sea tu obra póstuma. (2008)

Su corto en “Paris, je t'aime” denotaba a un artista moribunda, indudablemente floja y viviendo de rentas pasadas. El trailer echaba para atrás, con esa Pe y Ben Kingsley emulando a la Bella y la Bestia. Las críticas eran tremendamente positivas, inequívocamente poco recomendables. Todo parecía indicar el declive de una cineasta que había hecho, en tiempos de oscurantismo indie, una película bellísima titulada “Cosas que nunca te dije” y otra a tener en cuenta: “Mi vida sin mí”. Me esperaba ver “El libro de la vida” de Hal Hartley, su caída al cine progre, al sentarme a la butaca.

Una hora y media más tarde, salí del cine con lágrimas en los ojos, incrédulo ante lo que acababa de ver. No era por la película sino porque parte de mis bolsas escrotales se habían quedado atoradas por la cremallera en esos incómodos asientos de los cines de versión original.
En una era de mediocridad generalizada, de bodrios-basura, de testículos inflados por la crítica y pardillas de todo a cien, de gafapastada-progre tras gafapastada-progre y que pase la atrás, voy y me encuentro, en cine de estreno, con esto. Una obra minúscula, superficial e indiferente, en la que el autor no se deja el alma y el corazón: torpes referencias a La maja desnuda con música de Sati. Que nunca entenderá el camino del largometraje como no un avance lineal, sino en los euros que se podrá llevar. ¿Os acordáis del cine independiente, de esa cosa en vías de extinción? ¿Os acordáis de él, de Cassavetes, de John Waters, de Russ Meyer, de la Troma, de “Qui êtes-vous, Polly Magoo”?
¿De cómo la Obra Maestra se construía gafa a gafa, de pasta en pasta? Debéis acordaros de “Jubilee” de Derek Jarman, de la filmografía de Paul Morrissey y Andy Warhol, de “Flaming Creatures” de Jack Smith. Las pruebas quedaron atrás y desembocaron en este mar del quiero y no puedo (¿cobrar?). ¿NO puedes ver el baile de formas, la asociación de imágenes, el diálogo preciso, nítido, con la música? ¿NO puedes ver su magia pura, su capacidad conmovedora infinita? ¡Pues quítate las gafas de pasta gruesa y olvídate de los cuatro premios ‘guarros’ que te han dado! Que este anuncio de compresas se muera. Que esto se acabe, por Hal Hartley. Que esto se apague ahora. Que se asfixie después haber leído el libro tras diez años o diez minutos.
Maldito Bastardo
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