Comenzaré diciendo que me gustan las películas de Tarantino: sus historias ridículas, su humor negro, sus diálogos estúpidos, sus paranoicos detalles, sus personajes surrealistas, su adicción a la violencia, su bandas sonoras acojonantes.. Esta película, como no, cumple con ese guión, solo que tiene un defecto: que es ABURRIDA de cojones. La hora y media se hace eterna, entre interminables peleas de la Thurman con japoneses.

Yo creo que el amigo Quentin se lo tiene tan creido que ya rueda la primera barbaridad que se le ocurre por la cabeza, dando la sensación de improvisar todas las escenas, y como sabe que haga lo que haga la gente lo va a ver, pues se la suda. Tarantino en estado puro.

Por cierto, sé de ciertos psicópatas que están en la cárcel que tienes mejores pensamientos que el nota este y con el cerebro menos perturbado. Que sí, que la violencia estúpida nos gusta, pero tantísima sangre no creo que fuera necesaria. ¿A qué puto colegio fue el colgao este?