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España España · Donostia
Voto de Jmpg2012:
3
Romance. Comedia Pippa McGee (Heather Graham) es una escritora independiente de guías de viaje, un "espíritu libre" contrario a cualquier tipo de relación. Un día, su padre sufre un ataque de corazón y le pide que se haga cargo de la edición de su revista, Campanas de Boda. La joven finalmente accede a la petición, una decisión que cambiará su vida y que quizá le lleve a encontrar el camino del amor... (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2014
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Heather Graham interpreta Pippa McGee, una mujer de 29 años cuyo principal problema en la vida es determinar si renuncia a su existencia nómada, sin relaciones ni compromisos, o acaba casándose con el príncipe azul.



Es una de las peores películas que he visto últimamente. Pero tampoco hay que dramatizar el efecto de las malas películas. Hay toda una colección de comedias románticas protagonizadas por Sandra Bullock, Julia Roberts o Meg Ryan, con diferentes partenaires, entre los que “destaca” Hugh Grant, cuyo motor dramático consiste en observar de qué manera acabarán venciendo sus reticencias al matrimonio, su obsesión por preservar su independencia y vencer su temor al compromiso. Todos sus amigos van sucumbiendo al discreto encanto del aparejamiento monógamo, pero ellos, o ellas, no quieren renunciar hasta el último tramo de la película. Sufren la crisis de los 20, los 30, o los 40, y bucean en una psicología de Cosmopolitan, para solucionar su fatuos problemas existenciales. Novios y novias que se dan a la fuga, que cambian de pareja en el último amén, o que reencuentran el valor de las pequeñas cosas. Uff.



La principal objeción que se puede hacer a este género es que las pasiones que las mueven, esas ideas fofas de enfrentamiento entre independencia y compromiso, resultan, muchas veces, anodinas, insignificantes e insípidas. Parece que debajo de esas insulsas sinsorgadas hay una manera de enfrentar la vida que tiene sabor a barbacoa americana -aunque la producción tenga participación canadiense-. Resulta anodino ver esos personajes debatiéndose en poses hamletianas ante el gran dilema de renunciar a su independencia, o cambiar su loft por un adosado.

En los países desarrollados, los lugares y las tramas de la vida están alejados de las explosiones vitales. Hay otros países, agitados por convulsiones primarias, por la lucha por la vida, que generan tejidos más interesantes, más densos y atractivos. En el occidente civilizado, la gran trama gira, en ocasiones, alrededor de las veleidades posmodernas de Bridget Jones. Sin embargo, pese a lo intrascendente de la historia, cabe la posibilidad de rayar a mayor altura con parecidos mibres. Por eso, es pecado citar a Lubistch, o a alguna comedia clásica como “La fiera de mi niña”, y ponerla al lado de esta producción canadiense-americana.

Una de las objeciones más serias que se le puede hacer a esta comedia romántica es lo poco que tiene de comedia y lo previsible que es su revestimento romántico. Nisha dirige sin pulso un guión muy flojo, en el que las tramas paralelas y todos los personajes secundarios no tienen el menor fuste. Con excepción del personaje de Heather Graham, que quiere ser un remedo de corte viril, de algún personaje vital y torturado de los que encarnó Catherine Hepburn, y que funciona relativamente bien, todos los demás son bocetos de personas verdaderas, sufriendo pasiones intrascendentes.
Jmpg2012
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