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Voto de trece de abril:
9
Drama Película sobre la ex primera dama estadounidense Jacqueline Kennedy (Portman), centrada en los días inmediatamente posteriores al asesinato de su marido John F. Kennedy en Dallas, el 22 de noviembre del año 1963. (FILMAFFINITY)
25 de febrero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hipnótica y perturbadora, pero al mismo tiempo tan lúcida como su protagonista, "Jackie" no es un película para divertirse, ni para ser contada: es para sentir, y compartir, el dolor, el poder, el honor, las neblinosas simas de un alma en soledad. Como caminar por un terreno rocoso, áspero, dificultoso.
Cualquiera, por mucho menos -somos así de débiles- caería en el alcohol, la droga, el juego, el sexo,.... Pero Jackie "sólo" cuenta con la sombra del poder arrebatado, y con sus cigarrillos ....-cierto que al final también cuenta con un cura bastante sobrio, sincero, que no hace poco por resituarla en el mundo.
Mujer -misterio y locura; amor y destino-. El principio de la vida humana -hasta ahora, al menos- está íntimamente unido a una mujer, a una madre. El retrato que hace Larraín de esta mujer es un imán potente: afronta la pérdida de su principal referencia, afronta la muerte, con la mirada interna de quien se pregunta por sí misma, por su amor, por su papel en el guión de la historia, volcándose en él. Se da a su marido, y a su país, entrega todas sus armas. Quizá hoy no se comprenda su aparente pasividad en las ausencias de quien debiera serle fiel. Pero Portman hace fácil de entender lo aparentemente difícil de explicar. Tiene que parecer fuerte ante el mundo, ante sus hijos, ante su propia imagen ante sí misma.
Porque no todo da igual. Porque, a pesar de que en el ocaso la oscuridad se cierna alrededor, y el ser humano se descubra absolutamente perdido en el universo sin respuestas, en su misterio, siempre surge un mañana más o menos luminoso que, día tras día, nos acoge y nos levanta.
No es una película cómoda. Pero yo me he dejado atrapar por la ambivalente música, por la fotografía, por el montaje, por la aparente sencillez de una cámara fija o al hombro, y, por supuesto, por su actriz principal, y me he mantenido atento a todos sus nimios detalles, sus silencios, sus derrotas -fascinante la secuencia del rostro velado por el cristal del auto que refleja el silencioso homenaje de los ciudadanos a la memoria de JFK-
Gran película; grandísima Natalie Portman; enorme Pablo Larraín.
trece de abril
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