"La sombra de un secuestro" relata la insulsa historia del secuestro de un conocido empresario (Robert Redford) por un tipo oscuro y amargado (Willem Dafoe), desde el punto de vista de la mujer del secuestrado (Helen Mirren) y su familia, con constantes flashbacks que nos remiten a la interacción de secuestrador y secuestrado.

La historia y todo lo que la rodea es tan aburrido y carente de interés que uno se pregunta qué pudo animar a los productores a financiar semejante castaña. Del duelo interpretativo entre Redford y Dafoe (que es lo que me animó a ver esta película), gana Dafoe por goleada.