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Voto de Archilupo:
9
Western Ransom Stoddard (James Stewart), anciano senador del Congreso de los Estados Unidos, explica a un periodista por qué ha viajado con su mujer (Vera Miles) para asistir al funeral de su viejo amigo Tom Doniphon (John Wayne). La historia empieza muchos años antes, cuando Ransom era un joven abogado del este que se dirigía en diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía e imponer la ley. Poco antes de llegar, ... [+]
5 de enero de 2010
42 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre todo aquello que este “western” transmite (que es mucho, en todos los órdenes), prevalece una noble melancolía.

Transmite con fuerza concreta un ciclo candente de la historia norteamericana, la lucha territorial entre las grandes haciendas y las pequeñas ciudades resueltas a comunicarse por ferrocarril, tendido precisamente a través de esas inmensas haciendas.

La confrontación de intereses hacía chocar formas de vida. Los tiempos de la diligencia iban a quedar atrás, como el Oeste aventurero.
El peso razonable del Derecho se iba imponiendo al imperio de la fuerza, que podía parecer audacia y romanticismo pero al final quedaba resumido en el látigo. Y el creciente hábito de las elecciones, al caciquismo terrateniente.

John Ford no va a limitarse a un friso histórico; nadie lo espera de él. Trazará una trama tan personal que su intimidad será atravesada por la historia palpitante de un país. Los personajes, los gigantes, son el abogado idealista, con camino político (James Stewart), y el vaquero veterano, realista y de fondo tan leal como bronco (John Wayne).

En la pelea contra Liberty Valance, el matón mercenario, se dirimirá la lucha de las ciudades contra los lobbies ganaderos y sus grandes fincas intocables, sí, pero no sólo. Por el título ya sabemos que el bravucón muere. Nos falta saber cómo y, sobre todo, a manos de quién.
Si hasta ese momento había épica y costumbre, en la identificación de ese quién John Ford, el gran John Ford, inyecta un lirismo inmenso, el de las gestas heroicas con arreglo a valores por encima de la Historia, a esa hombría de ley que era la biblia del director y es hoy, pasado el tiempo, fuente de melancolía.
Archilupo
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