La película nos cuenta la historia de un asesino a sueldo al que la hermana de una de sus víctimas le practica una operación de cambio de sexo para vengarse. Hasta aquí todo en orden. El antiguo asesino (reconvertido en asesina) buscará venganza al tiempo que trata de encontrar su lugar en el mundo como mujer.

Michelle Rodriguez pone todo de su parte en esta película, me imagino que por el honor que supone rodar a las órdenes del maestro Walter Hill. Sigourney Weaver hace de cirujana super malvada super inteligente y super arrogante. Hace de mala, en definitiva.

Hay violencia y sexo en esta historia, que está contada con cierto pulso. Mi problema con este tipo de cintas con argumentos de serie Z es que necesito que haya humor para pasármelo bien, y aquí apenas lo detecto. El drama humano del antiguo sicario hombre y ahora sicario mujer en busca de su identidad me resulta... no sé, un tanto inverosímil, demasiado increíble para tomármelo en serio.

Lo que encuentro curioso es que la temática del film verse sobre la venganza de la venganza por un asesinato. Si hicieran una segunda parte imagino que sería sobre la venganza de la venganza de la venganza de la venganza de un asesinato: seguramente habría muchos muertos.

También me pregunto por qué para vengarse simplemente no se cargan al sujeto en vez de convertirle en mujer. Sí, ya lo sé, en la peli lo justifican de aquella manera... pero no sé, a mí no me acaba de parecer muy normal.

Como conclusión diría que es una película entretenida sin más, para pasar el rato, que no aprovecha del todo las posibilidades de ese punto de partida tan extravagante. Walter Hill ha conocido tiempos mejores.