Media votos
6.3
Votos
4,130
Críticas
879
Listas
174
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Néstor Juez:
7
5.8
1,308
Terror. Thriller. Drama
Un asesino se mueve por las calles de Nueva York. Mata a mujeres brutalmente, se lleva sus cabelleras y las expone en maniquís en su asqueroso apartamento. Es su único contacto con el mundo fuera hasta que conoce a una guapa fotógrafa. Pero... ¿puede un maníaco formar simple amistad? (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A las 17:00, en la Sala 1 del Proyecciones, se proyectó, tras un breve coloquio con su actriz Caroline Munro (condecorada en esta edición con un premio honorífico) y un vídeo de presentación con la intervención del director William Lustig, se recuperó en pantalla grande el clásico de 1980 Maníaco/Maniac (quién fuese revisitado en 2012 con un muy interesante remake en primera persona protagonizado por Elijah Wood). Frank Zito (un extraordinario Joe Spinell) es un hombre grande y solitario que busca mujeres jóvenes por las calles de Nueva York. Tras reunirse con ellas, las asesina, les arranca el cuero cabelludo y se los clava a los diferentes maniquíes que le rodean con su guarida. Con ellos conversa, y cada uno representa una extensión de su ya fallecida madre, prostituta que le maltrataba de niño y responsable directo de su locura, queriendo ahora recuperarla y no perderla de su compañía en todas las mujeres a las que daña y en los maniquíes femeninos con los que convive. Su planteamiento cambiará cuando se enamore de la fotógrafa Anna, pero un maníaco cómo él nunca podrá amar con normalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Un slasher clásico filmado con muy pocos medios y resuelto con mucha entereza y garbo narrativo, encuadrada con gusto y acompañada de una correcta banda sonora. Pero me sorprendí con cuanto de esto es un nivel superficial al que se recurre en ocasiones, siendo en realidad un retrato psicológico sensacional de un loco, de un niño grande, de un hombre malherido de unos traumas de infancia que aún sangran y le han impedido convertirse en un hombre cabal. El filme no sería el mismo sin el sensacional trabajo de Spinell, que complementa la macabra iconografía con una espeluznante credibilidad. Si sus asesinatos están bien resueltos de ritmo y atmósfera, es en sus secuencias de introspección psicológica, especialmente en su cierre, dónde el filme se eleva. Pesa en negativo los pocos medios a la hora de recrear momentos sanguinarios, y la escasez de más elementos de interés harán imposible que la disfruten cinéfilos que no disfruten de la carne, pero si nos atenemos a las características genéricas nos hallamos ante un filme noble desde su sencillez que décadas después vive con mucha fuerza.