Media votos
6.3
Votos
4,169
Críticas
880
Listas
179
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Néstor Juez:
7
6.4
4,125
Drama
El 15 de Julio de 2013, el extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, es trasladado desde la prisión para declarar en la Audiencia Nacional. Hasta este día, había negado toda relación con los llamados "papeles de Bárcenas", pero después de 18 días en prisión ha decidido cambiar su declaración. Esta película retrata lo que pasó en esa sala aquel día. (FILMAFFINITY)
14 de julio de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias al ya consolidado ciclo de reposiciones veraniegas que llevan a cabo los Cines Renoir, pude disfrutar de la esquiva B de David Ilundain, película cuyo visionado ansiaba y que hasta ahora se me había escapado. Adaptación de la obra teatral de Jordi Casanovas Ruz-Bárcenas, dirigida aquella por Alberto San Juan, y que suponen una dramatización cuasi documental de la transcripción directa del diálogo que se mantuvo entre estos personajes del título en una larga declaración judicial efectuada en la Audiencia Nacional. Sencilla en su planteamiento y sobria y escueta en su ejecución, el filme aqueja un planteamiento visual limitado y poco variado, pero la calidad de sus interpretaciones, su ritmo narrativo y la potencia del relato verídico que nos narra logran introducir al espectador en una experiencia apasionante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Luis Bárcenas, ex-tesorero del Partido Popular, es detenido por su implicación en uno de los casos de corrupción política española más importantes de los últimos tiempos: la prueba, mediante unos documentos personales escritos por él filtrados a los medios de comunicación, de una financiación B o en negro del Partido practicada durante décadas. Denostado públicamente, presionado, abandonado y vilipendiado por sus compañeros de Partido, Bárcenas decide desoír los consejos de sus abogados y a la décima audiencia ante la justicia reconoce la veracidad de esos documentos. Durante una declaración de cinco horas, reducida en este caso a los puntos de mayor interés, enumeró todos los nombres, empresas, fechas y motivos ocultos tras los múltiples pagos en efectivo de los cuales fue ejecutor y cómplice, en un sistema de favores y correspondencias que afecta a la más alta instancia de la cúpula popular. El filme presenta una única escena, que se desarrolla en el mismo escenario con muy pocos personajes, de los cuales solo los dos protagonistas tienen una función narrativa relevante. Y lograr con tan escasos elementos con los que jugar una experiencia intensa y emocionante tiene mucho mérito. Y el filme lo logra gracias a la avasalladora fuerza de una historia tan real como la vida misma. Este caso, hecho público y puesto a disposición de todo el mundo, pone sobre la palestra los entresijos financieros que empresas con altos ingresos pueden llevar a cabo para no perder de sus dineros los porcentajes de tributación estatal, en una cadena endémica de contemplación y complicidad, donde el beneficio personal de todos se imponía a las obligaciones morales para con el estado. Pero si algo eleva la calidad del conjunto son las soberbias interpretaciones de Pedro Casablanc y Manolo Solo, que gracias a meses de interpretación del guión en salas teatrales han asumido a la totalidad las características de sus personajes, imitando a la perfección sus tics, expresiones, gestos, modos de hablar y actitudes físicas hasta un extremo tal que importa poco su escaso parecido físico.
Dado que Ilundain procura emular la atmósfera de la obra original y reproducir fielmente el clima asfixiante y frenético que se produjo aquel caluroso 13 de julio en aquella pequeña sala de la Audiencia Nacional, las oportunidades visuales que ofrecen un puñado de personajes sentados en una sala cerrada durante más de una hora son muy limitadas. Por lo que esta decisión, junto con la decisión de no incluir imágenes de archivo para ilustrar los sucesos enumerados (con la excepción de un fragmento eficaz pero prescindible introducido antes de los créditos finales) provoca que el resultado final, producido además por micro-mecenazgo con muy pocos medios, sea un conjunto de primeros planos y planos medios de un personaje con algún general de situación y escasos movimientos de cámara, más allá de puntuales desenfoques que pretenden dar ese look documental de grabación de una cámara de la propia audiencia. Y una ausencia total de música o elementos gráficos. Pero son todo decisiones de puesta en escena, y esta propuesta, según esta planteada, no necesita más.
Muy objetiva (más allá de los créditos finales y los insertos de reacción de los asistentes a la audiencia) y concisa en su exposición de unos hechos concretos, B es una película que tendrá problemas para encandilar a extranjeros o a desentendidos de la actualidad política, pero es una escenificación más del tremendo poder que la palabra aún ejerce en el medio cinematográfico. Una de las propuestas más potentes del último ejercicio dentro del cine patrio.
Dado que Ilundain procura emular la atmósfera de la obra original y reproducir fielmente el clima asfixiante y frenético que se produjo aquel caluroso 13 de julio en aquella pequeña sala de la Audiencia Nacional, las oportunidades visuales que ofrecen un puñado de personajes sentados en una sala cerrada durante más de una hora son muy limitadas. Por lo que esta decisión, junto con la decisión de no incluir imágenes de archivo para ilustrar los sucesos enumerados (con la excepción de un fragmento eficaz pero prescindible introducido antes de los créditos finales) provoca que el resultado final, producido además por micro-mecenazgo con muy pocos medios, sea un conjunto de primeros planos y planos medios de un personaje con algún general de situación y escasos movimientos de cámara, más allá de puntuales desenfoques que pretenden dar ese look documental de grabación de una cámara de la propia audiencia. Y una ausencia total de música o elementos gráficos. Pero son todo decisiones de puesta en escena, y esta propuesta, según esta planteada, no necesita más.
Muy objetiva (más allá de los créditos finales y los insertos de reacción de los asistentes a la audiencia) y concisa en su exposición de unos hechos concretos, B es una película que tendrá problemas para encandilar a extranjeros o a desentendidos de la actualidad política, pero es una escenificación más del tremendo poder que la palabra aún ejerce en el medio cinematográfico. Una de las propuestas más potentes del último ejercicio dentro del cine patrio.