1819, Guerra entre la Francia de Napoléon y la Inglaterra del Rey Jorge, después de la batalla de Waterloo. Las desigualdades sociales son cada vez más clamorosas, los jóvenes soldados supervivientes no hallan posibilidades laborales y los gobernantes se refugian en su burbuja burocrática. Varias facciones de la sociedad se pondrán de acuerdo para celebrar una manifestación pacífica en Manchester, en St. Peter´s Fields, con trágicas consecuencias. Un drama que retrata con fidelidad un lamentable momento de la historia inglesa que se ha intentado ocultar. Cine académico, que juega su mayor baza en sus valores de producción. Pero en esta película abruma su sobriedad y lo completo de su narración, que se beneficia de un gran guión y detalla aquel instante con minuciosa atención en la situación política. Es un filme de extensos parlamentos, pasional y activista en sus discursos sociales y generosa en su faceta humana, con personajes realizando activismo político. Hermosos colores pictóricos de la fotografía y trabajo lumínico, y hermosas aunque puntuales intervenciones de la banda sonora. Un filme tan riguroso y ambicioso que es imposible que no despierte algún grado de admiración. Es de agradecer una película académica que no simplifica su discurso ni las dimensiones de los conflictos retratados, y que se adentra en la tensión política de la historia con todos sus matices.

Si bien el diseño de producción y el trabajo de ambientación es encomiable, el filme nunca llega a sentirse plenamente real, dando en muchos instantes la sensación clara de personas disfrazadas en decorados de cartón. Hablada en demasía, con muchas secuencias que saturan en su verborrea. Los 154 minutos acrecientan esta situación de densidad y repetición, sin duda el filme se habría beneficiado enormemente de haber sido recortado. Es harto correcta, pero plana en su ejecución, visualmente poderosa pero distanciada de las virguerías visuales de Mr. Turner. Sus personajes, de puro cotidiano y burda, no nos simpatizan en absoluto, resultando varios de ellos caricaturescos. Tan apreciable como poco memorable. Filme que huele a naftalina.

Densa, activista y honorable, La tragedia de Peterloo es una película de elevado valor cultural e histórico pero de monótona y fatigosa digestión fílmica.