Primera película de Eastwood a su regreso del periplo italoamericano, donde se diera a conocer mundialmente de la mano de Sergio Leone, en este eficaz aunque algo rutinario western, donde el duro actor ha de saldar cuentas con los tipos que intentaron dejarle listo de papeles.
Correcto, aunque en ocasiones pierde vigor, debido quizá a la obsesión del director por mostrarnos la sed de venganza del protagonista, suavizando ligeramente el tema con la introducción en la película de la bella y gélida Inger Stevens, que dará a Eastwood efímeros dulces momentos.
Buen plantel de actores expertos en este tipo de trabajos como Ben Johnson, Ed Begley, Pat Hingle, o L.Q. Jones.
Música fúnebre y de lo más siniestra, (sobretodo al final), para un producto carente de muchas virtudes, aunque digno de ver.