Buena película sobre la vida del fundado del "Opus Dei", santo de la Iglesia Católica desde 2002, un hombre que desde muy joven aprendió que en la vida uno se topa o halla dragones de todo tipo, los cuales tratarán de joderte de distintas maneras y hacerte perder el norte o el verdadero sentido de lo importante, esencial o trascendente.

Viene muy a cuento la cita de Oscar Wilde dentro del guión: "Todo santo tiene un pasado y todo pecador un futuro."

La película está muy bien construida, desarrollada y no toma partido por la ideología ni la violencia de ninguno de los bando enfrentados en la Guerra Civil Española. Aunque eso sí, se alía con las fuentes que cifran la cantidad de muertos provocados en dicha guerra en el exagerado número de mediio millón de personas. Según los historiadores más rigurosos y no partidarios de uno u otro bando contendiente, la cifra más real de muertos yéndose por lo alto, viene a ser de 250.000 muertos, entre los que se incluyen, civiles y todo tipo de víctimas derivadas del citado conflicto bélico entre españoles. Subir de ahí es típico de los que ven el mundo sólo con la lupa aplicada con firmeza sobre las maldades del franquismo y están empeñados en poner a Franco y su victoria como el horror más horroso de cuantos horrores hayan ocurrido en el planeta Tierra, a la par que son la más de comprensivos y no le reprochan nada (ni siquiera los 20 millones de muertos que causó entre sus propios compatriotas), a Stalin u otros líderes de ideología comunista, marxista o izquierdomaníaca en el siglo XX.

¡Atención a esta perla reflexiva que nos deja la historia de "Encontrarás dragones"!: "El azar no es ciego". Toda una lección de metafísica para ciertos filósofos que por no saber no saben siquiera que la metafísica es la primera rama de la filosofía y forma parte intrínseca de ésta.