Lo mejor de este filme es la historia de amor y relaciones sexuales que protagonizan Kate Winslet y el joven David Kross a través de sus personajes de mujer madura y joven experimentando sus primeros y paradisíacos prolegómenos-cópulas-drogadicción carnal. Luego la película da un giro argumental tremendo y se encausa sobre las consecuencias del nazismo, la justicia, el purgar los errores de la existencia, la melancolía cosida al pasado y también y lo mejor de todo: sobre el manifiesto de la amistad por encima de los delitos que haya cometido el amigo. Porque donde hubo amor, ternura, acogimiento carnal, queda un lazo de afecto y hermandad imposible de romper.

Además Stephen Daldry hace un ejercicio de filmación brillante en cuanto a delicadeza y estética en las sucesivas escenas, y para muestra y representación el físico, la elegancia, el exquisito miramiento del rostro de Ralph Fiennes, todo un ejemplo de finura o atractivo estilo.

Muy buena película, que toca el corazón y lo deja triste.