No son necesarias las grandes tragedias para conmover al espectador, a veces solo se necesita una buena historia y un ritmo pausado para poder disfrutar de la esencia de las cosas. Un verano que podría haber sido como otro cualquiera pero que no lo es, unos padres que podrían haber sido normales pero que no lo son, un joven que podría haber sido muchas cosas pero que es muchas otras, un americano joven y viril que podría haber sido un simple académico aburrido pero que no lo es...

El joven Elio (Thimotée Chalamet) pasa el verano en una preciosa casa de la Toscana con sus padres, una pareja culta intensamente interesada en la Cultura Clásica. Cada verano acogen a un estudiante o profesor del mismo ámbito, para que estudie con ellos mientras están allí. Ese año de 1983 acogen a un americano de unos 30 años, Oliver (Armie Hammer), que comienza a pasar más tiempo con Elio que con sus padres.

La naturalidad con la que la historia se va sucediendo, los sentimientos encendiéndose, es gracias al exquisito guión del James Ivory al que no le sobra ni una coma. El espectador espera pacientemente a que algo que parece imposible termine sucediendo. Es lógico relacionar el despertar sexual del adolescente Elio y su interés por Oliver, ese hombre más mayor que él, con el homo-erotismo típico de la cultura grecorromana.

El film cuenta con algunos momentos de gran intensidad que dejan al espectador pegado al asiento, y sin hacer spoiler, para mí uno de los más bonitos es cuando encuentran una escultura de época griega en el mar y pueden contemplarla de cerca e incluso tocarla. La preciosa fotografía oscila entre la extrema luminosidad de la Toscana de día, y los claroscuros de la noche, más propensos a ocultar aquello que se quiere ocultar.

Las actuaciones de ambos actores son sublimes. Chalamet es perfecto para el papel en su debut en el mundo del cine, y Hammer está varonil e intenso como nunca. Ambos bordan el papel, sin dejar atrás a Michael Stuhlbarg, como padre de Elio.

Solo me queda decir que es de agradecer que de vez en cuando se hagan películas tan bien hechas, con una estética tan cuidada y una historia, que a pesar de su simplicidad, merece ser contada. Lastima que no vaya a recibir todo el reconocimiento que merece en los premios y festivales de este año.