SUITS – LOS SUPERABOGADOS

El universo Marvel, plagado de superhéroes, debería incluir la serie SUITS en su catálogo. La razón por la que argumento esto, es que dicha serie se basa en un bufete donde los abogados trabajan en casos que parecen imposibles de resolver, hasta que alguien, en el último momento lo consigue utilizando uno de sus superpoderes.
Empecemos por el no-abogado Mike, un joven que, sin haber estudiado la carrera, consigue, gracias a su supermemoria no solo hacerse pasar por letrado, sino resolver prácticamente cualquier caso por difícil que sea. A resaltar que, durante toda la serie, el principal leitmotiv es ocultar que no ha estudiado la carrera en Harvard, algo que, incomprensiblemente, al final termina sabiendo casi todo el mundo en el bufete y aun así continúa “ejerciendo” como tal.
Seguimos con uno de los personajes más increíbles de todos, que es Donna, secretaria de Harvey, el otro personaje principal de la serie. Una supermujer que (sin tampoco ser abogada) saca siempre de apuros al bufete gracias a que lo sabe todo y conoce a todo el mundo. Y que es también poseedora de un poder omnisciente y omnipresente, así como dos peculiaridades: Un superoído, que le permite escuchar todas las conversaciones, y conseguir, gracias a una pasmosa supervelocidad, hacer una repentina aparición en los momentos más cruciales de cualquier conversación entre abogados, para dar con la clave que solucione todos los problemas (algo que logra gracias a un “ingenioso” ardid de los guionistas, consistente en no cerrar nunca las puertas de los despachos).
Otra peculiaridad o superpoder que poseen prácticamente todos los protagonistas, tanto principales como secundarios, de la serie, es la asombrosa velocidad con la que leen las demandas o dosieres que les presentan. En apenas un par de segundos, consiguen a una velocidad pasmosa y con un simple vistazo, saber todo lo que está escrito en ellos, tanto si se trata de un folio como de cincuenta. (A resaltar también la extraordinaria velocidad de las secretarias a la hora de mecanografiar dichas demandas o dosieres, que casi siempre sacan los abogados del bolsillo interior de sus chaquetas).
Por último, destacar el poder más increíble de todos: la salud a prueba de bomba de los hígados de la mayoría de los personajes de la serie. En cada capítulo, al menos cinco o seis veces, como mínimo, alguien bebe solo o en compañía, tanto si es en el trabajo, en su casa o en cualquier restaurante. Es verdaderamente increíble verlos ingerir alcohol una y otra vez, sin que se resienta su trabajo o les reviente el hígado.
En resumidas cuentas, si yo fuera presidente de Marvel, contrataría de inmediato a los guionistas de esta serie. No se puede ser más imaginativo y fantasioso.

P.D.
Tópicos a modo de muletillas que se repiten a lo largo de la serie:
1. Las mujeres llevan un brazo doblado en ángulo agudo, del que cuelga un bolso, y permanecen en esa postura tan incómoda durante la secuencia en la que intervienen.
2. A pesar del tren de vida que llevan (casas de lujo, coches deportivos, salarios altos) los abogados siempre consumen en la calle productos de índole diversa que suministran puestos callejeros.
3. A destacar las veces que los guionistas incluyen la frase: “I don’t give a shit” (“Me importa una mierda”), tanto en boca de hombres como mujeres, llegando a contar en un capítulo hasta 7.
4. La facilidad con que todos irrumpen en despachos de empresarios, directores o altos cargos de empresas, bufetes u organismos públicos, sin que nadie les impida el paso.
5. A resaltar que las espléndidas oficinas del bufete no dispongan de WC para hombres y mujeres, teniendo que compartir los servicios. Algo de lo que se aprovechan los guionistas para que se produzcan muchos encuentros en los mismos, como si no hubiera otro lugar donde hacerlo.
6. Curioso que en el piso de Harvey casi todo el mundo tenga llave y en muchas ocasiones alguien le espere sentado en el salón con un vaso de whisky en la mano.