De entrada, comentar que Eastwood le da otro toque al cine clásico del oeste. Da igual su director, su productor, sus compañer@s de reparto y la música. Con su sola presencia, el film es otro. En verdad, la banda sonora no llega al nivel de la trilogía de Sergio Leone, pero está bien. El reparto no tiene el nivel de Sin Perdón, pero es digno de compartir película con Clint. Y el director no tiene más que dejarse llevar por un estilo creado para el gran Clint Eastwood: el spaguetti-western.

Película que se empieza y pasa de un tirón. Buena señal.