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Voto de mikinervio:
6
Comedia. Drama Poppy (Sally Hawkins), una profesora de primaria, es divertida, abierta y generosa. Es un espíritu libre que se toma la vida tal y como viene. Cuando le roban la bici, decide que es el momento de sacarse el carnet de conducir. Scott (Eddie Marsan), su profesor de autoescuela, es un tipo huraño y amargado. A medida que se conocen, Poppy acabará enseñando al instructor más de lo que él puede enseñarle a ella. (FILMAFFINITY)
10 de abril de 2009
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me esperaba más de Mike Leigh. Esto no quiere decir que la película no merezca la pena, pues he sufrido y disfrutado con ella y eso es bueno, pero hay algunos detalles ¿cómo diría yo? un pelín burdos que no pensé iba a encontrar. La hermana embarazada y su marido tienen un perfil demasiado lerdo, no era necesario remarcarlo tanto, captaríamos el mensaje igualmente sin mostrar estos esperpentos. Las conversaciones al respecto de la nintendo y las familias actuales son bastante superficiales, dan la impresión de estar incrustadas, forzadas dentro del guión con intención de enriquecer, pero en mi opinión sobran más que aportan, me apartan de la historia en lugar de hacerme seguir el hilo. La secuencia de Poppy y el vagabundo adolece directamente de unas sabias tijeras de principio a fin, es como un solo de relleno en la canción, su carga está vacía, intranscendente profundidad.
La película, sin duda, no es para todos los públicos, pues el perfil de la protagonista puede hacerse tremendamente insoportable. Su actuación es magnífica, pero su forma de ser es insufrible. Carga, desespera su chorreo de palabras contínuo, deprime su positivismo. Provoca una extraña dualidad pues la quieres y la odias a la vez. Cuesta aceptarla pero una vez conseguido incluso llegas a disfrutarla aunque acabarás adorando el silencio, lo cual me recuerda que no tiene nada que ver con "Amelie", como algunos quieren asociar. Sí son dos seres apartados de la realidad, pero Amelie es magia y encanto, es puro surrealismo; Poppy es un ser de carne y hueso sin más magia que su empecinamiento en el optimismo que en muchos momentos llega a resultar tan ridículo como el extremo contrario representado aquí, en una genial interpretación, por parte de "Scott", el profesor de autoescuela. Repito, nada que ver, dos personajes diametralmente diferentes, dos formas opuestas de hacer cine, dos estilos distintos aunque perfecta y complementariamente válidos.

Curiosa, distinta, desesperantemente esperanzadora propuesta.

Consejo: Prevenir con paracetamol antes del visionado y si es posible, acompañar con grados su digestión.
mikinervio
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