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España España · Sevilla
Voto de Eulate:
2
Drama Cuando la famosa historiadora norteamericana Deborah E. Lipstadt acusó a determinados periodistas e historiadores de negacionistas en su libro "La Negación del Holocausto", fue denunciada por el negacionista británico David Irving, un famoso periodista e historiador admirador de Hitler, y que se querelló en 1996 contra ella por difamación. Entonces Lipstadt se propuso derrotar a Irving y los negacionistas en Inglaterra únicamente con ... [+]
28 de diciembre de 2018
21 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuesta mucho creer que la historia que desarrolla Negación -basada en hechos reales- se acerque mínimamente a lo que pudo suceder. No es concebible ni siquiera verosímil que la realidad sea tan disparatada y extremadamente parcial como la ficción que nos ocupa.

Sucedió que David Irving, un historiador pronazi, interpuso una demanda contra Deborah Lipstadt, una escritora judía, especializada en temas del Exterminio. La cuestión jurídica se fundamentaba en la difamación y en el desprestigio provocado por unos textos de la judía sobre los trabajos y las actitudes del investigador. Es decir, una controversia entre dos personas con dos opiniones encontradas que, por lo sensible y escabroso del asunto, se eleva a categoría universal, convirtiendo el consiguiente juicio en un dilema primordial y bastante absurdo: existió o no el Holocausto, que un juez -qué papeleta- tendrá que sentenciar.

La desproporción del planteamiento no anula el interés de la cuestión, pero, cuando uno lo acepta y espera asistir a un debate sugerente y equilibrado, se encuentra que la trama se ha escrito en un solo sentido. Y lo que nos queda es una polémica a todas luces inútil, pero sobrecargada de razones del lado de lo políticamente correcto y ridiculizada hasta el escarnio del otro.

Por supuesto, no hay nada que defender en la postura atroz de un filonazi, pero una obra decente -guste o no- tiene que otorgar al lado perverso ardides, algún que otro argumento y una pizca de inteligencia que hagan sostenible la discusión. Al malo también hay darle sus bazas. Es una cuestión más de equilibrio formal que de ecuanimidad. Por ejemplo, no puedes hacer una película de boxeo basada en la pelea de un peso pesado, musculado y hermoso, contra un mosca raquítico, feo y grotesco y, además, subrayar, aplaudir y festejar los buenos mamporros que recibe el alfeñique. Es abusivo. No hay tensión. No tiene gracia. No sirve. Y así sucede en Negación.
Eulate
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