Tenía muchos nombres para ponerle de título a la crítica: la memoria, la vida, la soledad, el olvido,... pero creo que la vida lo define mejor.

Es una metáfora muy bien, de como la vida va prosperando y según los acontecimientos, es como si se cambiara de casa, y cada es más pequeña, ya sea por la memoria, o por la soledad. La semejanzas que hace es brutal, me ha gustado mucho.

También lo he relacionado con el olvido, porque últimamente me da por pensar por ejemplo, en mis abuelos. Yo apenas me acuerdo, y eso que cuando se murió yo era adolescente, ahora tengo 46 años, y en las comidas familiares, ya no se habla de mis abuelos. Mis padres son muy mayores, y cuando ya no estén y mi tíos tampoco, el recuerdo de mis abuelos se quedará muy difuminado, y cuando nosotros no estemos, mi abuelos es como si no hubieran existido. Yo mismo, cuando me muera, quedaré en el recuerdo de mis sobrinos, pero cuando se hagan mayores, yo ya no existiré. Creo que evoca un poco a este tema también, con el agua y las profundidades...

Muy bueno.