Entretenido falso documental que muestra la verdad de la buena del niñito de Dios, sobre el día a día de una comunidad de vampiros muy antiguos.
En mi caso, al menos, sólo de ver las caras de circustancias (teñida de "amabilidad") que ponía Taika Cohen, ya me partía de risa yo sola, antes de que soltaran el menor chiste.
Al igual que en "Guardianes de la noche" (aunque no tengan absolutamente nada que ver) parte del "encanto" del documental proviene de lo increíblemente cutre que es todo. No sé si por la música o por qué, a veces parecía que el encargado de la ambientación era primo del de Kusturica.
Es un humor un tanto extraño, así que no sé si recomendarla o no, porque si no entras al juego supongo que incluso podría ser un tostón. Pero bueno, no fue mi caso y me estoy riendo ahora, mientras tecleo, sólo de recordar el extraño amaneramiento "de circunstancias", con que se desenvolvía Taika Cohen. A mí me gustó.