El alguacil Reuben J. Rooster Cogburn (John Wayne), es un agente de la Ley que puede incursionar en territorio indio, lugar en el que el Sheriff del pueblo no tiene jurisdicción. Es un individuo rudo, arisco, tuerto y con parche, alcohólico y de pasado turbio, que ejerce también de caza-recompensas. Mattie Ross (Kim Darby) es una muchacha inteligente y resuelta que ha viajado un largo trecho desde su rancho, para hacerse cargo del cadáver de su padre y vengar su muerte, pues fue asesinado, para lo cual contrata los servicios de Cogburn.

En este film el excelente y prolífico Hathaway despliega todas sus virtudes y obtiene un western entrañable, luminoso y muy alegre, a pesar de los muchos acontecimientos trágicos que suceden en la historia.

Gran guión Marguerite Roberts, adaptación de la novela True Grit (1968) de Charles Portis y consigue perfectamente conducir esta historia de manera dinámica y amena, interesantes y divertidos diálogos, y un ritmo muy acertado para la trama.

La música de Elmer Bernstein, que alterna el estilo jazzístico y el sinfónico, es muy apropiada para esta película, una partitura vibrante que anuncia los momentos de peligro, amenaza, lucha o victoria. Cuenta igualmente con una preciosa y luminosa fotografía en Technicolor de Lucien Ballard, composiciones soberbias y emotivas con imágenes luminosas de intenso y natural cromatismo.

La película tiene un reparto de lujo. Por empezar, John Wayne, el símbolo por antonomasia del western, está genial y hace lo que mejor que sabe hacer: de vaquero duro, beodo y de gatillo ágil, con su imponente presencia y un trabajo actoral que le valió, entre otros, un Oscar, su primer y único Oscar; cuando lo recibió soltó la famosa frase: "Si lo hubiese sabido me habría puesto el parche 35 años antes". Glen Campbell, además de su excelente interpretación como Ranger tejano, es también cantante y autor de la bonita canción del film, del mismo título (“True Grit”), igualmente nominada al Oscar. Kim Darby, genial como valerosa y obstinada joven fue nominada en los BAFTA a mejor actriz promesa de aquel año. Y tiene la película un elenco de actores de reparto de primera línea.

A mí me ha gustado bastante esta película. Soy un amante del western y en éste hay elementos tan irregulares que resultan curiosos. Quizá el más destacado sea ver a un John Wayne interpretando a un hombre ya mayor, tuerto, borracho, solitario, al borde de la Ley, tosco e incluso odiado, o sea, el anti héroe, que empero, cuando es llegado el momento, que es en varias ocasiones a lo largo de la cinta, hace lo que tiene que hacer, o sea, se porta como el valiente que lleva dentro.

En conclusión, es una película sencilla, incluso previsible, pero a la vez cautivadora.