Película romanticona en la cual la propietaria de una pequeña librería de libros infantiles, Kathleen Kelly (Meg Ryan), ve cómo su negocio se viene a pique, pues una cadena de grandes librerías abre un enorme y surtido local justo al lado de su modesta tienda. A todo esto conoce a Joe Fox (Hanks), el hijo del dueño del tal gran establecimiento, sintiendo de entrada una gran antipatía hacia él. Ambos son ignorantes de que mantienen una relación por correo electrónico.

La directora Nora Ephron, con un guion suyo y de Delia Ephron, construyen una divertida y amable comedia romántica muy digerible e incluso simplona, que no tiene empacho en ser prácticamente un remake de la celebérrima película “El bazar de las sorpresas” (1940) de Ernst Lubitsch. En este caso se hace bueno el dicho: “Segundas partes nunca fueron buenas”. O al menos podríamos decir que aunque esta peli es entretenida, es muy inferior a la de Lubitsch; mi crítica de ésta peli de Lubitsch para Filmaffinity se puede leer aquí: https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/559502/778099.html

El reparto es quien salva en gran medida la película, con un Tom Hanks que aunque no esté en su mejor momento, cumple sobradamente; junto a él una bonita Meg Ryan con la cual sintoniza, hay química, aunque la Ryan sea una actriz limitada y no pase suficientemente el corte. Acompañando Greg Kinnear, Parker Posey, Steve Zahn o Jean Stapleton, entre otros, que cumplen en un coro de actores de reparto que amenizan la trama.

Ni que decir tiene que la cinta fue todo un éxito de taquilla, pues además eran los comienzos del correo electrónico, lo cual le daba un plus de interés a la película; pensemos la publicidad que obtuvo AOL -American On Line-, la fulgurante empresa de una incipiente Internet que patrocinó la película.

En fin, película que a nadie daña, que aporta poco o nada y de la que el conocido crítico Roger Ebert dijo: “Su atractivo es tan viejo como el amor y tan nuevo como el Internet”.