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Voto de Kikivall:
4
6.2
21,847
Thriller. Intriga
Ambientada en el mundo de la psicofarmacología, ciencia que estudia cómo afectan las drogas a la mente humana. Emily (Rooney Mara) es una joven que se vuelve adicta a un nuevo medicamento que le receta su psiquiatra (Jude Law) para que pueda controlar su ansiedad ante la inminente salida de la cárcel de su marido (Channing Tatum). (FILMAFFINITY)
8 de mayo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película con un guión de Scott Z. Burns que divide en dos la trama argumental, provocando cierta sorpresa en el espectador. Y el director Steven Soderbergh, director frío y aséptico.
Esta película, llamada a tocar la conciencia de la gran industria, de médicos y psiquiatras sobre el abuso que se hace en la prescripción de psicofármacos. Pero la trama deriva por intrigas carcelarias y judiciales.
Aceptable música de Thomas Newman, buena fotografía de Steven Soderbergh y una buena dirección artística y montaje.
Al final, lo que resulta es un entramado de intereses, pero no farmacológicos, sino con relación a evasión de capitales, bolsa, sexo, etc.
Rooney Mara interpreta un personaje turbador. Y la cosa se pone “al rojo” cuando comparte secuencias ardientes con la guapísima Catherine Zeta Jones, una femme fatale.
En medio, o como precipitador, un antidepresivo recetado a lo loco por un psiquiatra interpretado por un Jude Law que hace lo que puede. Y un Channing Tatum, marido y esposo, cuarto personaje de la trama, más o menos.
Cierto es que el film logra algo encomiable como mantener la atención del espectador de principio a fin. También nos sorprende con los giros que se producen en una historia muy turbia, tanto que como he dicho, la cinta se transforma en un relato negro.
Esta película, llamada a tocar la conciencia de la gran industria, de médicos y psiquiatras sobre el abuso que se hace en la prescripción de psicofármacos. Pero la trama deriva por intrigas carcelarias y judiciales.
Aceptable música de Thomas Newman, buena fotografía de Steven Soderbergh y una buena dirección artística y montaje.
Al final, lo que resulta es un entramado de intereses, pero no farmacológicos, sino con relación a evasión de capitales, bolsa, sexo, etc.
Rooney Mara interpreta un personaje turbador. Y la cosa se pone “al rojo” cuando comparte secuencias ardientes con la guapísima Catherine Zeta Jones, una femme fatale.
En medio, o como precipitador, un antidepresivo recetado a lo loco por un psiquiatra interpretado por un Jude Law que hace lo que puede. Y un Channing Tatum, marido y esposo, cuarto personaje de la trama, más o menos.
Cierto es que el film logra algo encomiable como mantener la atención del espectador de principio a fin. También nos sorprende con los giros que se producen en una historia muy turbia, tanto que como he dicho, la cinta se transforma en un relato negro.