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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Intriga. Cine negro. Drama Stephen Byrne, un escritor fracasado, aprovechando la ausencia de su mujer, intenta seducir a una criada, a la que mata involuntariamente. A continuación convence a su hermano para que le ayude a deshacerse del cadáver. (FILMAFFINITY)
18 de octubre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película fue una oportunidad que le brindaron al gran Fritz Lang para rodar una cinta con escaso presupuesto, pero un libreto bien construido por Mel Dinelli (adaptación de una novela de A.P. Herbert). Fue la última de su tetralogía de cine negro donde están otras películas que ya he comentado en estas páginas como “La mujer del cuadro” (1944), “Perversidad” (1945) o “Secreto tras la puerta” (1948).

En la historia, Stephen Byrne, un escritor de poco éxito y talento aprovecha la ausencia de su esposa para intentar seducir a la criada de la casa, una bonita muchacha. En su afán por forzarla sexualmente la joven grita y él la mata de manera casi involuntaria, para que calle. A continuación, convence a su hermano, un contable con una minusvalía de cojera, para que le ayude a deshacerse del cadáver metiéndola en un saco y llevando el cadáver al río.

Lang, genial como siempre, lleva al mejor puerto posible una obra que sin duda tiene sus imperfecciones e incluso parece rodada artesanalmente, plan naif, amateur incluso. Pero tiene un poder de seducción y hechizo asombroso. No me cabe duda de que, con un mejor plantel de actores, podría haberla llevado a otro nivel, pero incluso esa laguna tiene su sentido y su encanto, y encaja perfectamente con el espíritu de la obra.

Los personajes, como en otras obras de Lang son individuos acosados por la infame y persecutoria culpa, y por los trastornos que provoca la pulsión sexual, bien plasmados aquí en la figura del personaje Byrne, que acaba desvariando, calumniando a la criada y creando cierta sospecha sobre el hermano como posible asesino. Paralelamente, la fuerza turbulenta del río hace acto de presencia, como si de otro personaje más se tratara.

La parte actoral se tiene en pie gracias a la voluntad de sus protagonistas que, dentro de sus limitaciones, ponen todo su empeño y dan el do de pecho en sus trabajos que finalmente resultan casi convincentes. Actores como Louis Hayward, Lee Bowman, Jane Wyatt o Dorthy Patrick.

Lang se hace presente con su saber hacer, especialmente en una recta final que, aunque algo precipitada, atrapa al espectador, conducida con gran pulso.

Fotografía casi mágica de Edward Cronjager (B&W) y una música intensa y envolvente de George Antheil colaboran para que la película evoluciones de una forma emocionante, con una luminosidad a veces casi mágica y un fondo de misterio subyugador.

Está más que mejor el análisis psicológico de los personajes, el perverso protagonista y asesino, que aprovecha además su fechoría para escribir novela negra de su propia experiencia, hacer caja y cobrar notoriedad; el hermano tullido y enamorado de la esposa de aquel, siempre echándole una mano; la amante esposa que no entiende bien el cambio que se ha producido en su esposo; las mujeres chismosas del pueblo y sus interminables calumnias; y un ambiente oscuro y tenebroso al que rodea un río que es testigo mudo de crímenes y violencia.
Kikivall
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